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Gallardón impulsa la rehabilitación de Lavapiés tras fracasar el anterior plan

Gallardón anuncia una segunda fase de rehabilitación del barrio sin haber acabado la primera

El Plan de Rehabilitación Integral de Lavapiés, iniciado por el Ayuntamiento en 1997 y que debía estar cumplido a finales de este año, ha fracasado en uno de sus objetivos estrella: la erradicación de 2.500 infraviviendas del barrio. A día de hoy sólo se ha logrado eliminar el 20% de estos pisos-chabola, "unos 500", según el concejal delegado de Urbanismo, Sigfrido Herráez, quien, sin embargo, confía en poder hacer antes de diciembre lo que no se ha hecho en seis años. El alcalde, Ruiz-Gallardón, anunció ayer una segunda fase de recuperación de Lavapiés y aseguró que la primera ha sido un éxito.

Ruiz-Gallardón y los máximos responsables municipales de Urbanismo madrileño -el concejal del ramo, Pío García-Escudero; su concejal delegado, Sigfrido Herráez, y el consejero delegado de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), Luis Armada- se pasearon ayer durante dos horas por las calles de Lavapiés (distrito Centro) para ver los resultados de la primera fase del plan de rehabilitación, en el que han colaborado las tres administraciones desde 1997, y anunciar una segunda fase con 40 millones de euros de inversión. Objetivo: que el barrio esté totalmente rehabilitado en el año 2006.

El alcalde estrechó manos de vecinos afines, se hizo fotos con un grupo de mujeres inmigrantes que se lo pidió e ignoró los abucheos de una veintena de residentes, muchos de ellos vinculados a asociaciones vecinales y colectivos sociales, que lo siguió durante todo el trayecto para recordarle a gritos lo que no se ha hecho en todo este tiempo: "¡Visita las infraviviendas, Gallardón!". "¡Dos mil casas vacías!". "¡El ambulatorio se cae a trozos!". Una señora, que se declaró fan del regidor, trató de echarle una mano: "¡Tú tranquilo, que están muy rebeldes, pero en el fondo te quieren!". Y añadió, con un gesto de reproche a los que silbaban: "¡Que yo vivo en un piso de 12 metros cuadrados y no me quejo tanto...!".

Alberto Ruiz-Gallardón visitó dos corralas con 54 viviendas rehabilitadas directamente por el Ayuntamiento en las calles de Amparo y de Tribulete, las obras de la futura Sala Olimpia, que será la sede del Centro Dramático Nacional, y la biblioteca de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) construida sobre las ruinas de las antiguas Escuelas Pías de San Fernando, que será inaugurada en breve. En el interior de este edificio de piedra reconvertido en una moderna sala de estudio, el alcalde insistió en la necesidad de conciliar la memoria del casco histórico con su modernización, y aseguró que eso es lo que ha conseguido el plan de rehabilitación de Lavapiés.

Subvenciones a 5.600 casas

Las cifras que sostienen esa optimista conclusión son las siguientes: en seis años se han invertido 24,2 millones de euros en subvenciones a la rehabilitación, lo que ha permitido conceder ayudas (de hasta el 60% del coste total de la reforma) a los propietarios de 4.500 viviendas, estando en trámite de concesión otras 1.153. Bastante más, por tanto, de las 4.000 casas prometidas en 1997. Además, el municipio ha invertido 15,7 millones en renovar infraestructuras (calles, zonas verdes, farolas, mobiliario urbano...) y ha impulsado la construcción del nuevo teatro Olimpia y de la biblioteca de la UNED.

Lo que no dijo Ruiz-Gallardón es que el otro objetivo fundamental del plan, la erradicación de las 2.500 viviendas cuyos habitantes se hacinan en condiciones extremas, ha sido un fracaso total: sólo se ha logrado eliminar la quinta parte. Sigfrido Herráez, concejal delegado de Urbanismo, reconoció a este periódico que faltan casas en las que realojar a los inquilinos de esas infraviviendas, a pesar de que, en estos años, el Ayuntamiento ha comprado en Lavapiés 37 edificios con capacidad para 626 viviendas de realojo.

Además de la falta de espacio, los responsables municipales alegan otras razones para justificar el fracaso: aseguran que muchos inquilinos de avanzada edad y pocos recursos se resisten a abandonar sus viviendas, que otros tienen dificultades para demostrar con documentos que son los ocupantes legales del piso, y que algunos propietarios de edificios -que no viven en ellos- se niegan a rehabilitarlos porque las indemnizaciones les parecen insuficientes. "Ahora eso va a cambiar: la nueva ordenanza permite, desde el año pasado, expropiar a quien se niegue a entregar al Ayuntamiento una casa en ruina. Y eso haremos", afirmaron fuentes de Urbanismo.

40 millones de euros

La segunda fase del plan de rehabilitación afectará a una zona en la que hay 10.400 viviendas; el gobierno municipal se comprometió ayer a subvencionar la rehabilitación de 1.865, además de dar ayudas para la reforma de otras 1.635 "ubicadas en el sector 1 [el ámbito de actuación de la primera fase] pero que no han llegado a acogerse a las actuales". El presupuesto, que el PP quiere aprobar en el pleno municipal de este mes, asciende a 40,6 millones: 26,6 millones para subvenciones directas a la rehabilitación y el resto para la mejora de infraestructuras.

"Éste es el barrio más emblemático para nuestras obligaciones de futuro. Aquí se ve, mejor que en ningún otro sitio, lo que tenemos que hacer, y lo haremos. Estamos cerrando heridas", dijo solemne Ruiz-Gallardón al término de su visita, en el interior de las Escuelas Pías. Fuera, en la calle, un vecino daba una versión distinta: "Lo que han hecho hasta ahora es convertir Lavapiés en un barrio de especuladores: el precio de la vivienda en venta y alquiler se ha disparado, y, mientras, sigue habiendo miles de personas en infraviviendas. Yo le recomiendo al alcalde que haga menos colección de joyas arquitectónicas y grandes infraestructuras y que dedique más esfuerzos a mejorar las condiciones de vida mínimas de todos los habitantes de la ciudad".

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