Mensajes al presidente
Antes de que se vaya, tres cosas, señor Aznar:
Primero. Es presidente del Estado español de las autonomías, porque tres de cada diez personas del censo electoral lo quisieron, y no más, como en ocasiones usted se cree, por la falta de dialogo y desprecio hacia el resto de las fuerzas políticas.
Segundo. Usted nació en una bella ciudad de una autonomía española que es monolingüe, pero esto es algo que no pasa en otras autonomías en las que existe el bilingüismo, y en las que se tienen que tener los mismos derechos de hablar las dos lenguas, como usted la tiene de hablar la suya, con plena normalidad, sin recelos y sospechas, porque una de las lenguas no la entienda.
El lugar de nacimiento no se elige, y estoy seguro que si usted hubiera nacido o pacido en una autonomía bilingüe, hablaría las dos lenguas, sin complejos y con naturalidad, porque lo que pasa en la casi totalidad de las ocasiones es que se rechaza lo que se desconoce.
Tercero. Lo único que es inamovible es la muerte, y ni las constituciones ni las fronteras lo son, y si no, sólo hace falta que mire las evoluciones y cambios que se han hecho en la historia y verá que lo que le digo es cierto. Cientos de estados han variado sus límites a causa de guerras desgraciadas, que son muy lamentadas con el paso del tiempo cuando se firma la paz, y se acepta lo perdido y conseguido en la contienda.
Y visto esto, me pregunto si una autonomía, región, etcétera, consigue el 51% del censo para sus legítimas pretensiones independentistas, sin que existiera ninguna despreciable y canalla violencia ultra acionalista que asesinara a los rivales políticos, por qué no se podría hacer valer esa fuerza de los votos, pacífica y democrática, para conseguir sus objetivos, y ser aceptados por el resto.