_
_
_
_
Placeres | GENTE
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Gracias y hasta pronto

Agosto se acaba y, con él, los artículos sobre la nueva cocina en casa. Antes que nada quiero dejar por escrito un recuerdo para Andreu Parra, amigo periodista fallecido esta misma semana. Le vi hace muy poco, ya que me hizo su última entrevista, y tengo que decir que él, que era sobre todo muy buena persona, contribuyó a hacer más importante nuestra gastronomía. Le echaremos de menos. Dejando de lado esta triste noticia, la verdad es que me lo he pasado muy bien este agosto escribiendo esta serie de artículos con Xavier Moret. Ha sido una experiencia divertida y me ha servido para darme cuenta de lo difícil que es decir algo de interés sobre cocina. En este último día quiero hablar de algo que ha sucedido este mismo mes. El 10 de agosto, como ya ha informado la prensa, el dominical de The New York Times publicó un artículo de 12 páginas sobre El Bulli y la cocina española. Fue increíble. Me dedicaron la portada y, cuando el domingo empezaron a llamarnos de muchos medios, vimos que estaba pasando algo diferente. Los periodistas que nos llamaban estaban tan o más contentos que nosotros y trataron la noticia con un cariño especial. Como es lógico, nos hizo mucha ilusión, tanto a mí como a mi socio, Juli Soler, a mi hermano Albert y a todo el equipo de El Bulli, por lo que representa para nosotros y para la cocina española en general. El artículo de The New York Times corroboraba lo que la prensa mundial, y sobre todo la española, lleva diciendo desde hace tres años: que la cocina contemporánea española está en un momento fantástico y que seguramente se ha convertido en la vanguardia gastronómica mundial. Me gustaría dar las gracias a todos los que nos han llamado, enviado e-mails o faxes de felicitación. A todos les he dicho lo mismo: "Ellos son también responsables de este éxito". Pero, volviendo al artículo de The New York Times, ¿por qué es tan importante? Al fin y al cabo, es sólo un reportaje en un diario. El paso de los días nos ha hecho ver que éste no es un reportaje cualquiera, ya que lo han visto en la mayoría de países. La portada de The New York Times no es sólo importante en Estados Unidos, sino que ha hecho que en una semana millones de personas de todo el mundo descubran la riqueza gastronómica de este país. Creo que éste es un buen momento para disfrutar y estar satisfecho de lo que hemos conseguido entre todos: cocineros, servicio de sala (¡qué olvidados les tenemos a veces, cuando sin ellos sería imposible lo que se ha conseguido!), la prensa que tantas páginas nos ha dedicado y también los clientes, ya que su exigencia y sus ganas de divertirse han hecho que no nos durmamos. Y ahora, ¿qué? Bueno, lo primero es seguir con normalidad, algo que hemos hecho durante estos años la mayoría de cocineros (es decir, sin creérnoslo). Lo segundo es aprovechar el tirón: la Administración tiene que saber utilizar el movimiento creado por los cocineros españoles para promocionar los productos de alimentación y el turismo de calidad. Lo tercero es que no descuidemos la cocina tradicional, ya que un país sin esta cocina nunca será importante. Tenemos que ilusionar a los cocineros para que también se dediquen a la cocina tradicional; si todos nos dedicamos a la contemporánea, podemos correr el peligro de que se pierda este tipo de cocina. Para acabar, me gustaría agradecer a Grabielle Burgio, presidente de NH, el apoyo que nos ha dado a nosotros personalmente y a la gastronomía en general (las becas NH que se han iniciado este año son un buen ejemplo), y la libertad que nos ha dado a mí y a mi equipo para crear conjuntamente los proyectos NHube o Fast-Good, este último de próxima apertura. ¡Ah! Y no quiero olvidarme de mi vecina en estas páginas, Elvira Lindo, por los buenos momentos de estos días y por demostrar que la deconstrucción de la tortilla es algo que está chupado. Y, ya que estamos de despedida, gracias a los responsables de EL PAÍS por dejarme pasar el verano en su periódico, y a todos los lectores que nos han enviado e-mails para decirnos que han hecho en casa muchos de los trucos e ideas que hemos dado estos días. Gracias y hasta pronto. (Con la colaboración de Xavier Moret).

La cocina contemporánea española se ha convertido en la vanguardia gastronómica mundial

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_