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Crónica:FÚTBOL | Final del Campeonato del Mundo Sub 17
Crónica
Texto informativo con interpretación

España se despista pronto

El equipo de Santisteban no es capaz de remontar un gol de Brasil en los primeros minutos y acaba subcampeón

España ha tropezado en la misma piedra en casi todos los encuentros del Mundial. Hasta la fecha, se levantaba más o menos herida y conseguía arreglar el desaguisado. Pero ayer, ante Brasil en la final, no consiguió detener la hemorragia de ese primer tanto en contra. El equipo de Santisteban volvió a encajar un gol en los primeros minutos por sus despistes defensivos en las jugadas a balón parado. Más que una casualidad, parece una consecuencia lógica de la falta de concentración y de los defectos, severos, de colocación que se aprecian en los muchachos de España. El equipo de Santisteban ha encajado cinco goles antes del minuto diez a lo largo del campeonato.

Con todo en contra, otra vez tocaba asedio al rival y remontada. Pero esta vez había menos armas para la reconquista del partido. Faltaban los laterales. Llorente, lesionado; Ruz, sancionado. Y sin extremos, España, agobiada por el reloj, se dedicó a suicidarse por el simple procedimiento de introducirse en un cuello de botella y asfixiarse en el medio. Sin aire, sin bandas, sin regate, sin ideas, la maraña brasileña en el centro del campo apenas sufrió para ahogar el juego español.

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Desesperación y lágrimas

Esta vez no valió con los arranques de Cesc, muy apagado, aunque fue nombrado mejor jugador del torneo. El máximo goleador del torneo, junto al portugués Curto y el colombiano Hidalgo, con cinco tantos, sólo disparó a puerta en una ocasión. Remató desde la frontal, pero el tiro le salió flojo y a media altura. Tampoco estuvo especialmente inspirado Jurado. Un jugador interesante, pero frío. Muy técnico, pero con tendencia a perderse en detalles irrelevantes y a desaparecer en los momentos clave. Tampoco Silva hizo nada del otro jueves. Sólo Sisi se empeñaba en abrir el campo y meter roscas desde la derecha. De ahí llegaron las mejores oportunidades de España, como un cabezazo de Francis en el segundo tiempo que Bruno tuvo que despejar a córner.

Y si España movía el balón hasta marearlo en las zonas templadas, Brasil tampoco aportaba demasiado el espectáculo. Un grupo muy conjuntado que defiende bien, pero en el que apenas destacan un poco Abuda, un delantero rápido, y el centrocampista Arouca.

Los suramericanos renunciaron durante todo el segundo tiempo a la pelota y se conformaron con su papel de pared infranqueable. En el primer periodo sí dispusieron de algunas oportunidades que pudieron haber liquidado el partido. Abuda falló desde el área pequeña, solo y sin portero, lanzando el balón el larguero.

Pero poco a poco el campo se inclinó hacia el área brasileña y España movió y movió la pelota. Para nada. Nadie fue capaz de resolver su pecado original: el despiste. Esta vez sin remedio.

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