"Todas mis canciones son bastante tristes"
Sin abandonar el gusto por el mestizaje que le ha permitido destacar en el panorama musical español, Amparo Sánchez (Alcalá la Real, 1969) ha decidido actualizar un tanto el sonido de Amparanoia, la banda que encabeza. Ese proceso de renovación tiene su reflejo en Enchilao (Hispavox), un cuarto álbum que muestra la cara más contemporánea de la cantante y compositora jienense al sumar bases electrónicas a la música tradicional cubana, al changüí, al reggae o a los sones balcánicos.
Esta noche en la plaza de los Fueros de Vitoria, Amparanoia volverá a alzar su voz contra el drama de la inmigración ilegal y pedirá ayuda para construir entre todos un mundo más justo, sirviéndose de su actual mezcla de modernidad y sabor popular. "Mi objetivo es hacer cada vez mejores canciones y compartirlas con la gente que me sigue, ir creciendo con todas las influencias que me van llegando", asegura.En Enchilao la artista, que adapta el clásico Dos gardenias, toma un cierto tono pesaroso en el apartado lírico. "Todas mis canciones son bastante tristes. Yo me curo escribiendo y cantando, y lo que hago es buscar la alegría en las melodías, en las frases de los vientos, en el ritmo", indica.
"Me gustaría que mi huella por el mundo de la música fuera lo que conté", asegura una andaluza para quien "voces bonitas hay muchas, pero que digan cosas interesantes o bellas, muy pocas". "Difícil está hablar sin miedo", canta ella en Ragga2mil3...
"La libertad de expresión está complicada porque en este país hay temas tabúes: el País Vasco, la monarquía, la desigualdad entre hombres y mujeres, los malos tratos. Pero, sobre todo, hay desinformación, creo, y miedo a las represalias", sentencia la voz de Amparanoia.
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