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La fundación creada por García Marcos no ha rendido cuentas en año y medio de actividad

El secretario del patronato dimitió tras negarse a firmar el acta de una reunión ficticia

La fundación Plan de Innovación de Marbella, creada en diciembre de 2001 por la concejal expulsada provisionalmente del PSOE Isabel García Marcos, no ha aprobado aún ningún balance de cuentas ni en consecuencia las ha depositado en el Protectorado de Fundaciones, donde según la ley debía haberlo hecho antes del 10 de julio. El secretario del patronato, Jaime Olcina, militante socialista, presentó su dimisión el pasado 19 de agosto por escrito en una carta en la que asegura que se le pidió que firmara el acta de una supuesta reunión para aprobar las cuentas de 2001 y 2002 que nunca llegó a celebrarse.

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Consultado por su renuncia, Olcina se limitó ayer a confirmarla y eludió hacer más comentarios, aunque sí reconoció que desde la constitución de la fundación no ha conocido nunca el estado financiero de la misma. No son las únicas quejas sobre el oscurantismo respecto a las cuentas de la organización. También otro patrono de la Fundación Plan Innovación de Marbella, Miguel Ángel Sáiz, ex jefe de gabinete de García Marcos, dijo en una entrevista con EL PAÍS, publicada el pasado 23 de agosto, que nunca había sido convocado a ninguna sesión del patronato ni había conocido las cuentas. Al contrario que Olcina, Sáiz anunció que no dimitirá hasta no conocer el estado financiero de la fundación. Olcina, militante del PSOE desde hace tres años, tiene un despacho de abogados en Marbella desde el que administra una decena de sociedades de diversa actividad, algunas de ellas inmobiliarias.

El motivo alegado por Olcina en su carta de dimisión es su "absoluto y completo desconocimiento de la realidad financiera y contable de la fundación". Además denuncia: "A pesar de mi insistencia en conocerlo pormenorizadamente, sólo se me responde por parte del director general de facto de la fundación, don Rafael Salinas, con la necesidad perentoria de que firme como secretario el certificado de un acta de una reunión del patronato, reunión que jamás llegó a celebrarse y cuyo principal punto del orden del día consiste en la aprobación de las cuentas de la Fundación correspondientes al ejercicio 2001 y 2002".

García Marcos negó ayer que nadie de la fundación Plan de Innovación de Marbella hubiera pedido esa firma ficticia a Olcina, y menos aún Rafael Salinas, cuya misión, explicó, se limitó a dirigir y coordinar la elaboración del plan estratégico de actuaciones que redactó la fundación y que fue la base del programa electoral del PSOE en Marbella.

Falta de tiempo

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García Marcos aseguró que las cuentas están "hechas y todo es correcto", pero reconoció que no se han aprobado por el patronato, lo que achacó a falta de tiempo, y anunció que en breve se convocará una sesión para nombrar un nuevo secretario y posteriormente otra para la aprobación de las cuentas que se hará además "ante notario".

El problema es que los plazos legales para la dación de cuentas están vencidos. La Ley de Fundaciones de 1994, modificada en 2002, establece que "las cuentas anuales se aprobarán por el patronato de la fundación, en el plazo máximo de seis meses desde el cierre del ejercicio y se presentarán al Protectorado dentro de los diez días hábiles siguientes a su aprobación". La fundación Plan de Innovación de Marbella se constituyó el 5 de diciembre de 2001 y, cuanto menos, tenía que haber presentado en julio su balance de 2002.

El Protectorado de Fundaciones es un organismo dependiente del Ministerio de Cultura que vela por la legalidad en la constitución y funcionamiento de las fundaciones y donde éstas están obligadas a depositar sus cuentas anuales, que tienen carácter público. Entre sus funciones está justamente la de "corroborar si los recursos económicos de la fundaciones han sido aplicados a los fines fundacionales, siendo además necesaria tal rendición de cuentas para poder disfrutar del régimen fiscal previsto para las entidades sin fines lucrativos".

García Marcos no quiso desvelar el montante de donaciones, ni la procedencia de éstas, ni el volumen de los fondos que la fundación ha manejado desde que se constituyó. "Serán públicas y se podrán ver", alegó.

Desde que el pasado 1 de agosto García Marcos presentó la moción de censura contra el ex alcalde Julián Muñoz junto a un grupo de concejales del GIL, los tres ediles del PA que han sido suspendidos de militancia y dos compañeros de su partido igualmente expulsados, dirigentes del PSOE han reconocido que nunca vieron con buenos ojos la constitución de la fundación porque se alejaba de las estructuras electorales del partido. Según el secretario de Organización, Luis Pizarro, el partido le trasladó a García Marcos "por activa y por pasiva", que no le gustaba ese tipo de instrumentos.

Tampoco gustó al PSOE que el coordinador de los trabajos fuera Rafael Salinas -hermano del ex vicepresidente de la Junta José Miguel Salinas- que en 1996 se vio imputado por un presunto soborno a Jesús Gil que la Audiencia de Sevilla archivó por considerar prescrito el caso. La fundación sólo ha tenido en nómina a dos personas, el jefe de gabinete, Miguel Ángel Sáiz, y la secretaria técnica Candela Sáiz Peña, actualmente despedidos.

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