Lucha de clases en el 3.000 obstáculos
Los hermanos Cherono se enfrentan con camisetas diferentes, uno con la de Kenia y otro con la de Qatar
En las semifinales de 3.000 obstáculos hubo dos noticias. La primera fue que los tres españoles estuvieron muy bien, mirando de cerca de los kenianos, eternos maestros de la carrera de la ría, y hasta superándolos para manejar a su estilo las carreras. La segunda fue que los kenianos eran muchos y alguno corría con camiseta diferente. En la segunda serie, en la que el aragonés Eliseo Martín mostró que sus hechos están a la altura de sus ambiciones, se produjo la chocante situación. Con la camiseta verde habitual de Kenia corría Abraham Cherono y con la de color chocolate del emirato de Qatar lo hacía, y de qué manera, un tal Saif Saeed Shaheen, quien hasta hace unas semanas se llamaba Stephen Cherono y que no es otro que el hermano pequeño de Abraham y poseedor de la mejor marca de la temporada y gran favorito para el título. Nunca se había dado una lucha fratricida tan extrema. Pero no tanto. "¿Fratricidio? Qué va", dijo Eliseo. "En la carrera se veía cómo el que ahora es de Qatar ayudaba a su hermano mayor, lo protegía para que se clasificara porque no está en forma".
Stephen Cherono se llama ahora Saif Saeed Shaheen por una mera cuestión económica. El Gobierno de Qatar, ya pionero en las nacionalización acelerada de levantadores de peso búlgaros, desea alcanzar prestigio en todos los órdenes del concierto internacional, incluido el deportivo. Para conseguirlo, más que con una población dispuesta a entregarse a los placeres del esfuerzo por el esfuerzo, cuenta con buenas reservas económicas. Y la vida del atleta es corta y limitada, y en Kenia, un país pobre económicamente pero muy rico deportivamente, hay mucha competencia y hay que aprovechar las oportunidades. Así que Stephen Cherono dudó poco ante la oferta de hacerse qatarí. Según algunas fuentes la oferta de los emires del petróleo fue de un millón de dólares. Según Shaheen, de mil dólares al mes de forma vitalicia. Según las malas lenguas, también el Gobierno keniano se vio beneficiado con la transacción, de ahí la rapidez con que le concedió el permiso para competir con Qatar. Así que Cherono, ahora Shaheen, compite con Qatar, pero sigue viviendo en Kenia y entrenándose todos los días con su hermano.
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