Dirigentes de Batasuna capitalizan en Bilbao la marcha autorizada por el Gobierno vasco

Unas 3.000 personas participaron ayer en la manifestación convocada en Bilbao por la izquierda abertzale y autorizada por el Departamento vasco de Interior que, tras 45 minutos de recorrido, concluyó con un acto político y sin que se registraran incidentes. La marcha, promovida formalmente por una mujer de 90 años, que la abrió sentada en el interior de un automóvil, contó con la presencia en primera fila de destacados miembros de la ilegalizada Batasuna, como los parlamentarios de Sozialista Abertzaleak Arnaldo Otegi y Jone Goirizelaia y el eurodiputado Koldo Gorostiaga.

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) rechazó ayer los recursos presentados contra las decisiones de la Delegación del Gobierno de no autorizar sendas manifestaciones de la izquierda abertzale convocadas para hoy en Berriozar y para el próximo martes en Pamplona. En ambos casos se argumentó que podrían producirse alteraciones del orden público y que existían nexos de unión entre la personas convocantes y la ilegalizada Batasuna. El TSJN justificó la prohibición únicamente con el argumento de que en estas manifestaciones se producirían seguramente incidentes, sin referirse a la identidad de los convocantes.

Durante la marcha celebrada ayer a mediodía en Bilbao en favor de la autodeterminación y contra el apartheid (en alusión a la ilegalización de Batasuna), no se escucharon referencias a la organización terrorista, a diferencia de lo ocurrido en la manifestación similar de San Sebastián, el 10 de agosto, prohibida por el Departamento de Interior y autorizada posteriormente por el Tribunal Superior vasco. Entonces se corearon lemas de apoyo a ETA y tres encapuchados quemaron una bandera española.

Los manifestantes que recorrieron ayer el centro de la capital vizcaína, en el día gran de sus fiestas, se limitaron a gritar a favor de la independencia, la amnistía, la ikurriña y en contra de la bandera española y el PNV, a quien calificaron de "español".

La fiscalía había intentado impedir con un recurso la celebración del acto, que, a diferencia del convocado el día 10 y el tolerado por la Ertzaintza el 16, también en San Sebastián, no había sido prohibido por el Departamento de Interior. Pero el Tribunal Superior vasco rechazó la iniciativa del fiscal indicando que éste no está legitimado para recurrir en la vía contencioso administrativa y que, por otro, no hay acto impugnable, ya que la autorización se realizó mediante el silencio administrativo.

La manifestación partió a mediodía de la plaza Moyúa y durante unos 45 minutos recorrió la Gran Vía para desembocar ante el Ayuntamiento de Bilbao. Horas antes se había procedido a la izada y posterior arriada de las banderas oficiales -la ikurriña, la española, la de Bilbao y la de la Unión Europea- en la fachada principal del edificio. Este acto, que hace algunos años daba ocasión a graves altercados protagonizados por los violentos en lo que se llamó "la guerra de las banderas", discurrió también sin incidentes.

Antes de iniciarse la marcha, Arnaldo Otegi señaló que su desarrollo expresa el fracaso del intento de los "fascistas españoles" de sacar a la izquierda abertzale de la calle y de la actividad política e institucional, y advirtió al PNV para que no ponga a la Ertzaintza al servicio de aquéllos.

El secretario general del PSE-EE, Patxi López, consideró indignante que se permitiera la manifestación "convocada y orquestada por una organización ilegalizada" y acusó al Gobierno vasco de hacer "trampas" para mantener "su estrategia de colaboración con el mundo radical" y debilitar el Estado de derecho. Por su parte, el popular Antonio Basagoiti, declaró que la ausencia de incidentes durante el acto "huele a pacto con el PNV".