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Reportaje:

"Ante episodio de llanto, permitir su expresión"

La Guardia Civil distribuye una "guía de actuación" para atender con presteza a las víctimas de la violencia doméstica o sexual

"Escuchar atentamente: mantener contacto ocular, expresiones de 'uhu', 'si'...", "ante episodio de llanto, permitir su expresión", "animar a formular denuncia, evitando comentarios que la hagan desistir". Son algunas de las recomendaciones incluidas en la "guía de actuación" que han enviado los responsables de la Guardia Civil a sus efectivos. Se trata de un decálogo de tres páginas con indicaciones de cómo intervenir en el caso de una mujer maltratada o víctima de delitos contra la libertad sexual. Sólo el año pasado se presentaron algo más de 30.000 denuncias por violencia conyugal en las comisarías y los cuartelillos.

El primer mandamiento para el agente que entra en contacto con la mujer maltratada es ofrecerle un "tratamiento policial especialmente respetuoso y preferente". Para ello deberá prestar "atención inmediata a esta tarea" y aislará a la mujer de otras personas extrañas. La actitud del guardia seguirá tres criterios: "Validar / entender / respetar las experiencias de la víctima", "la víctima no es responsable de la violencia" y "la víctima no es 'una más' en las estadísticas. Es una persona que necesita ayuda".

El agente deberá "establecer una buena relación interpersonal" y facilitar que la víctima "se desahogue lo necesario para entenderse policialmente con ella". Con este fin, la guía de actuación aconseja personalizar el trato y recoger los datos que permitan iniciar gestiones inmediatas para detener al autor, entre otras cosas. "Si la víctima comienza a facilitar detalles, invitarla amablemente a que espere a hacerlo ante quien va a recoger la denuncia, a fin de que no se distorsione su recuerdo y que no tenga que pasar el mal rato de comentar los hechos varias veces", puntualiza.

La segunda parte de las instruccciones se dirige a los agentes que recaben la denuncia. Deben "animar a formularla, evitando comentarios que la hagan desistir, pero permitiendo que sea la víctima quien tome la decisión y quien ponga las condiciones para ayudarla". También aconseja "no interrumpir y mantener silencio para animar a la víctima a que siga hablando". "Si la víctima acude a denunciar inmediatamente después de sufrir el hecho, puede presentar desgarros o manchas en sus ropas que la hagan sentirse incómoda. Es oportuno permitirle asearse y cambiarse de ropa, una vez finalizada la intervención médica, antes de entrevistarla".

El documento también señala que deben establecerse medidas para incrementar la seguridad de la agredida. "Si no lo ha hecho el médico forense, realizar un reportaje fotográfico del estado de la víctima, expresivo de las heridas y cualesquiera otros signos físicos que presente, recabando el consentimiento previo", añade.

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