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Calendario / 21 de agosto de 1992 | HUMOR
Columna
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Curro, Cobi y Paco

Mientras muchos niños juegan todavía en la playa a lanzar flechas como la lanzó Rebollo para encender el pebetero de Barcelona, el Banco de España ha apagado la luz del 92. Dicho de modo menos alambicado: no nos queda un real. El informe presentado ayer es demoledor: este año creceremos por debajo del 2% y el paro se disparará. Miguel Boyer asegura, con la autoridad que le da mostrar su casa en ¡Hola!, que la culpa es del 14-D, porque desde entonces se aflojaron las riendas del rigor para detener el descontento del populacho. La oposición, PP e IU, culpa a Curro y a Cobi: hemos hecho el paleto con tanta Expo y Olimpiada, gastándonos lo que no teníamos. El Gobierno sostiene que gracias a Curro y a Cobi se ha retrasado la crisis con respecto al resto del mundo, donde sí van pésimo. Y además: ¡cómo nos lo hemos pasao!

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Entre una cosa y otra, y justo ahora que ETA está casi liquidada, le quedan dos años, dicen en Interior, a Felipe no le dejan concentrarse en la paz mundial y la construcción europea, a pachas con Helmut Kohl y François Mitterrand. Así están los Balcanes. Crímenes contra la Humanidad, denuncia la ONU. ¡Pues claro! A Felipe lo tienen distraído con peleítas de renovadores y guerristas, más los casos Ibercorp, Renfe, Filesa, Juan Guerra... "Hay ahora más corrupción en España que en todo el siglo XX", dijo Aznar en la cadena SER. Dado el siglo XX padecido en España, muchos entendieron: con Franco vivíamos mejor. "Es una estupidez", respondió González, glacial. No lo puede ni ver. Le parece un, un... ¡memo, hombre! A veces las relaciones entre políticos tienen este punto parvulario.

-¿Le doy una patada, jefe? -pregunta José Luis Corcuera.

Qué ministros de Interior tiene González. ¿Cómo se puede hacer una ley que sea conocida como "la patada en la puerta"? El vicepresidente Narcís Serra propugna un PSOE más dialogante, aunque quizá se conformaría si alguien del PSOE, controlado por Guerra, dialogara con él. "Gran pianista", dicen los guerristas de Serra.

Estos odios políticos, a Paco Ordóñez le daban risa. Paco Ordóñez quería llevar a Solchaga y a Guerra de la oreja para que se hablaran, luego a Guerra y a González, después a González y a Aznar y, finalmente, murió, hace diez días, probablemente con el propósito de hallar puntos de encuentro entre Dios y el Diablo. No descarten que lo consiga. Se cuenta que Aznar bromeó con él: "Supongo que también serás ministro conmigo, ¿no, Paco?". Ojalá Ordóñez hubiera tenido oportunidad de llevarle de la oreja al centro. Ha muerto entre elogios unánimes a su estilo y su carácter, pero ningún político se molesta en imitarle.

Llegan políticos con otro estilo, como José María Aznar, que, como tarjeta de visita, ya en 1989 impugnó las elecciones en los tribunales. De ahí no ha salido. El PP de Aznar vive en los juzgados, denunciando que en España no hay democracia. Estas denuncias siempre tienen más mérito cuando, efectivamente, no hay democracia, puesto que suelen acabar con el denunciante en la cárcel.

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