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Les Ballets de Monte-Carlo presentan en el Kursaal un 'Romeo y Julieta' con soplos del cine

La coreografía de Maillot prima la expresión de los bailarines sobre sus movimientos

Mikel Ormazabal

La compañía Les Ballets de Monte-Carlo representa hoy y mañana en el Kursaal una innovadora interpretación de Romeo y Julieta, con influencias que su director, Jean-Christophe Maillot, ha rescatado de las versiones que ha aportado el cine de esta pieza clásica. El coreógrafo francés realiza una apuesta "actual y excitante" con este espectáculo donde la expresividad de los bailarines prima sobre los pasos de danza y la sobriedad de un escenario que no admite distracciones. El público presenciará, dijo Maillot, "una bonita historia de amor" entre bailarines.

En su afán por renovar constantemente la danza, Maillot propone con su coreografía sobre el clásico Romeo y Julieta una aventura plagada de sentimientos a flor de piel con la complicidad de un elenco de bailarines que se esfuerza por "expresarse amor" sobre el escenario. La pasión que transmiten sus gestos y movimientos son más importantes que la técnica que emplean para ejecutar los pasos y movimientos que contiene la obra.

El director y coreógrafo de Les Ballets de Monte-Carlo explicó ayer en San Sebastián que su objetivo primordial es que el público "se olvide de la coreografía" y "sienta ganas de estar subido al escenario" junto a los intérpretes. Maillot ha dejado en un segundo plano la lucha descarnada entre las familias Montesco y Capuleto que figura en la obra original del dramaturgo William Shakespeare para realzar "los sentimientos y la expresión de los bailarines". "Es una apuesta actual y excitante con la que espero que el público joven se encuentre como en el cine", afirmó.

Con ese objetivo, la coreografía que se representa en el Kursaal -hoy y mañana a las 20.00 con las entradas agotadas- está "más influenciada por las versiones que se han realizado [de esta obra] en el cine que por espectáculos anteriores de ballet o de teatro". Por eso, Maillot ha empleado recursos escénicos que remiten al congelado de imágenes, la cámara lenta y el flash back en su creación. "Es evidente, la gente va más al cine que al teatro o a la danza", sentenció Maillot, oficial de la Orden del Mérito Cultural del Principado de Mónaco y nombrado en 2002 caballero de la Legión de Honor de Francia.

Les Ballets de Monte-Carlo fue fundada en 1985 por la princesa Carolina de Mónaco para cumplir el deseo de su madre, la princesa Gracia, de contar con una compañía de ballet cuyo origen en el Principado se remonta a los ballets rusos que se establecieron allí en 1911. En 2001, acudió a San Sebastián para ganarse el éxito con su representación de La Cenicienta, y ahora regresan con una coreografía donde despunta la historia de amor entre los dos personajes principales, los bailarines Bernice Coppieters y Chris Roelandt, en los papeles de Romeo y Julieta, respectivamente.

La coreografía presenta un escenario despojado de adornos -no figura la típica plaza italiana con balcones floreados- con el propósito de que "el público siga las evoluciones de los bailarines y capte su expresividad sin demasiadas distracciones", dijo Maillot. De esta forma, el espectador podrá crearse con más facilidad "su propia imagen de la escena, como sucede cuando estás leyendo un libro". El Romeo y Julieta de la compañía monesgasca, con música de Sergei Prokofiev, se ajusta al "ballet moderno y actual".

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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