Las calles de Verdi, Tordera y Joan Blanques vuelven a triunfar en la fiesta mayor de Gràcia

Las mismas calles del año pasado, pero en un orden distinto. Verdi del Mig, Tordera y Joan Blanques de Dalt fueron ayer las triunfadoras del concurso de calles engalanadas de la fiesta mayor del barrio barcelonés de Gràcia. El fondo del mar es el tema que comparten las dos primeras. En el caso de Joan Blanques, los adornos recrean el mundo de los sueños. El aguacero que cayó por la mañana causó desperfectos en los techos y las figuras de algunas calles, pero los daños fueron mucho menores que el año pasado, cuando fue necesaria la intervención de los bomberos.

Al tramo de Verdi del Mig comprendido entre Providència y Robí, el premio de ayer llegó tras dos años de quedar en segundo lugar y de haber sido terceros en la edición anterior. "Es un premio justo, llevábamos años mereciéndolo", exclamó el presidente de la calle, Sergi Font. Los adornos, que representan un viaje desde el fondo del mar hasta la costa -con pulpos, medusas y una enorme orca elaborados con malla de gallinero forrada de papel-, se llevaron también el premio al mejor detalle artístico.

Tordera alcanzó el año pasado el tercer premio y fue toda una sorpresa, puesto que llevaba muchos años sin concursar. Ante el segundo puesto de esta edición, todo el mundo preguntaba ayer a los vecinos de la calle si el año próximo piensan alzarse con la victoria. "El año que viene, seguro que ganaremos", pronosticaba un emocionado Isart Font. Y es que esta calle fue la gran triunfadora de la tarde.

Además del segundo puesto, Tordera se llevó los premios a la innovación, a la reutilización, a la mejor portalada y al mejor techo. Los autores de los adornos, con una media de edad muy joven, estaban eufóricos por el triunfo a que les ha llevado reciclar 2.000 kilos de papel de periódico y 8.000 botellas de plástico con las que reproducen las profundidades marinas. Para dar forma a decenas de originales medusas que iluminan el espacio han utilizado coladores de plástico.

El tramo de la calle de Joan Blanques comprendido entre las de Encarnació y Congost, que ilustra la canción de Serrat Per construir un bell somni, se llevó, además del tercer premio, el que valora la mejor iluminación. El año pasado fue la calle ganadora y en ediciones anteriores se clasificó en tercer y segundo lugar. Este espacio fue uno de los perjudicados por la lluvia matutina, que dañó parte de la iluminación, elaborada con tubos de ventilación de secadoras domésticas. Con tonalidades entre el blanco y el azul, Joan Blanques de Dalt pretende este año trasladar a los visitantes a un mundo onírico gracias al reciclaje de más de 10.000 envases de plástico.

El cuarto premio se lo llevó la calle de Providència, que reproduce el Lejano Oeste, con indios y vaqueros incluidos. El quinto clasificado, el tramo de Verdi comprendido entre Providència y Martí, hace un homenaje a la fiesta de Sant Medir: 10.000 envases reproducen caramelos que cuelgan de 600 paraguas, un elemento muy utilizado para recogerlos durante la festividad del 3 de marzo. El jurado situó en sexto y séptimo lugar a dos de las calles que sufrieron más daños por el aguacero: la de la Llibertat, dedicada a la sostenibilidad, y la de Camprodon, que reproduce la vendimia.

En octavo lugar se clasificó una aplaudida calle de Mozart que este año participa en el concurso, tras un paréntesis, con una original recreación del cuerpo humano. El noveno y décimo puestos fueron para la plaza de Rius i Taulet, con motivos también marinos, y el aterrizaje masivo de paracaidistas del tramo de Joan Blanques comprendido entre Sant Lluís y Encarnació. De las 23 calles que concursan, el último y ovacionado clasificado fue el casal d'avis de la calle de Siracusa.

El premio Dolça Festa con el que la Federació de Colles de Sant Medir valora la calle que mejor combina formas y colores, fue para el jardín que han elaborado los vecinos de la calle de Torres.