España se estanca en la carrera de los ETF
Las bolsas españolas son de las pocas de primera fila que no permiten la cotización de fondos de inversión
El tratamiento fiscal que se dará a estos instrumentos por parte de Hacienda es la principal barrera para que coticen en España
El valor de los ETF está ligado a los movimientos del índice en tiempo real, y se puede comprar y vender en cualquier momento de la sesión
España se ha quedado rezagada en uno de los instrumentos financieros más innovadores de los últimos lustros. Los fondos de inversión que cotizan en Bolsa como si fueran acciones, conocidos por sus siglas en inglés ETF (exchange traded funds), todavía no desembarcan en tierra española mientras arrasan en las bolsas de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Hasta mercados como el de Atenas y Helsinki ya han introducido los ETF. Actualmente cotizan alrededor de 260 de estos instrumentosos en distintas bolsas del planeta.
Para los neófitos, un ETF es simplemente un fondo de inversión que se puede comprar y vender con la misma facilidad y al mismo coste que una acción. La mayor parte de los ETF están atados a un índice, por lo que el inversor logra una diversificación instantánea sin tener que preocuparse por los avatares de construir una cartera variada. La apuesta se hace por el índice, por ejemplo, el Dow 100 neoyorquino o el FTSE londinense, en vez de por una acción en concreto. Ya que el valor del ETF está directamente ligado a los movimientos del índice en tiempo real, se puede comprar y vender en cualquier momento de la sesión.
Desde su instauración en 1993 en la Bolsa norteamericana Amex, los ETF han evolucionado hasta el punto en que se pueden comprar fondos concentrados en sectores específicos como el de banca, electricidad o biotecnología. Ahora incluso ya se puede comprar estos instrumentos compuestos únicamente de bonos, pero la facilidad para el inversor sigue siendo como si se tratara de una acción.
Uno de los más populares es el QQQ, conocido en el léxico del mercado como Qube, que sigue los movimientos del Nasdaq 100, uno de los índices de tecnología más importantes de Estados Unidos. La capitalización de estas acciones sobrepasa ya los 20.000 millones de euros, y se puede comprar una acción por 30 dólares.
Llegada a Europa
En Europa, donde los ETF llegaron en abril de 2000 de la mano de Barclays Global Investors (BGI), su crecimiento ha sido estrepitoso, y existen más de 120 instrumentos, con más de 120.000 millones de euros invertidos en ellos.
BGI fue uno de los precursores en la industria de los ETF. Apostó desde 1997 fuertemente por la emisión y comercialización de estos productos y ha logrado duplicar su número de clientes y de fondos gestionados hasta alcanzar los 655.000 millones de euros el año pasado.
A pesar de que se ha estado barajando la posibilidad de introducir fondos que cotizan como acciones en las bolsas españolas desde 2001, todavía no está claro cuánto tiempo más los inversores españoles tendrán que esperar. Mientras, los inversores españoles están usando estos instrumentos fuera de sus fronteras, comprándolos y vendiéndolos en las bolsas europeas.
Según un estudio de la consultora Thomson Financial, las instituciones financieras españolas son las que más utilizan los ETF, sólo por debajo de Estados Unidos y Reino Unido. También existen más de diez fondos atados a índices españoles que cotizan en mercados fuera del país.
Algunas firmas intermediarias españolas como Renta 4 y Self Trade han descubierto un negocio lucrativo en ofrecer estos instrumentos que cotizan en bolsas extranjeras a sus clientes. Antonio García Rebollar, presidente de Renta 4 Gestora, señala que el retraso en introducir los ETF en las bolsas españolas no ha apaciguado la demanda de los inversores. Aun así, tanto los intermediarios como las bolsas españolas están impacientes por que estos instrumentos finalmente aterricen en el país.
Impuestos
Sin embargo, el proyecto para que estos instrumentos lleguen a España, que está siendo liderado por la Bolsa de Madrid, se encuentra estancado. La clave es el tratamiento fiscal que se les aplica. Fuera de las fronteras españolas, los impuestos que pagan son anuales y se ejecutan sobre las plusvalías o minusvalías obtenidas. Ésta es una de las diferencias principales de los ETF con los fondos de inversión tradicionales, que sufren una retención a cuenta cada vez que el inversor realiza una operación.
Para el Ministerio de Hacienda, ésta es la principal barrera que impide la entrada de los ETF en las bolsas españolas. Según fuentes de la Agencia Tributaria, el proyecto presentado por las bolsas estaba incompleto y desde entonces no se ha vuelto a entablar ningún tipo de diálogo. De momento, España tendrá que seguir esperando.
Tradicionales frente a 'cotizantes'
La diferencia entre el capital gestionado por los fondos de inversión tradicionales y los fondos de inversión que cotizan en Bolsa, los llamados Exchange Traded Funds (ETF), es astronómica. Las cifras controladas por los fondos tradicionales siguen siendo estratosféricas al sobrepasar los dos billones de dólares en el planeta, mientras los ETF sólo representan un capital gestionado de alrededor de 250.000 millones, según la consultora norteamericana State Street.
Sin embargo, algunas diferencias entre los ETF y los fondos tradicionales revelan que los ETF poseen ciertas características que los convierten en un instrumento financiero más eficaz que los fondos de inversión que no son gestionados, sino que están atados a un índice o sector.
La clave radica en que los ETF se prestan a la especulación más desenfrenada, como cualquier acción, y los costes para el inversor son menores. Muchos fondos tradicionales ofrecen inversiones pasivas ligadas a los movimientos del índice, pero ninguno de estos posee la liquidez inmediata de los ETF. Según Renta 4, uno de los líderes en España en la comercialización de ETF en las bolsas europeas, estos instrumentos son especialmente atractivos para los inversores activos que buscan liquidez y aprovechar las oscilaciones de los índices a corto plazo.
Al mismo tiempo, los inversores que buscan una estrategia a largo plazo también pueden verse beneficiados al contar con gastos más bajos. Algunos expertos, como Antonio García Rebollar de Renta 4, señalan que la diferencia de gastos con los fondos tradicionales puede ser hasta cinco veces menor. Inclusive los grandes inversores institucionales se han dado cuenta de las ventajas de los ETF.
Algunos de los grupos financieros más importantes del planeta como Barclays, Merrill Lynch, Credit Suisse y Société Générale han puesto a la venta ETF en los mercados bursátiles del planeta buscando competir con la hegemonía de los fondos de inversión tradicionales. Además, los ETF ya no son sólo para los pequeños inversores. Un estudio del banco de inversión Morgan Stanley señala que más de 1.336 entidades financieras están usando estos instrumentos para colocar sus inversiones.
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