Las altas temperaturas obligan a adecuar los cauces ante el riesgo de inundaciones

La ola de calor que sufre la Comunidad Valenciana desde principios de verano y que ha mantenido temperaturas medias en las horas centrales del día por encima de los 36 grados centígrados, ha despertado también la luz de alarma ante futuras inundaciones. Las altas temperaturas son uno de los elementos básicos de conocido efecto gota fría, que puede dejar cientos de litros de agua en pocos minutos . Ante esta situación, los ayuntamientos han adelantado y extremado las tareas de prevención de inundaciones con la limpieza de barrancos, cañadas y colectores urbanos.

Un verano sofocante no es el único elemento necesario para producir la gota fría. Este fenómeno meteorológico, que se registra de manera cíclica en los periodos postestivales, se forma por una confluencia de vientos fríos y cálidos. El choque térmico que se produce constituye las temidas nubes de vapor, que, tras enfriarse con vientos a menor temperatura, deja una lluvia torrencial que puede alcanzar los 647 litros por metro cuadrado que se registraron en la localidad valenciana de Llombai en 2000. El calor, que también ha hecho crecer la media de temperatura del agua en unos tres grados, hace que la evaporación sea mayor. Un frente frío haría caer esta agua evaporada en forma de lluvia. Prueba de ello es que Protección Civil ha alertado del riesgo de fuertes lluvias durante los próximos días.

El temor a nuevas inundaciones ha puesto en marcha a Ayuntamientos como el de Alicante, Callosa de Segura, Carcaixent, Castellón, Oliva o Albaida, entre otros. Todos se han puesto a revisar sus infraestructuras básicas para evitar el colapso de las aguas en caso de precipitaciones. El alcalde alicantino, Luis Díaz Alperi, ya anunció la "intensificación" de las tareas de revisión de las infraestructuras y alcantarillado de la ciudad. Alicante sufrió en 2001 inundaciones en algunas zonas de la ciudad, como la Playa de San Juan. La catástrofe más grave se produjo en 1997, cuando las aguas se cobraron tres vidas en el centro de la ciudad. Desde ese año, la ciudad ha acometido una importante inversión para culminar el plan antirriadas. Según un estudio de la Universidad de Alicante, las obras ejecutadas disminuyen en un 90% los riesgos de inundaciones en el casco urbano. Los colectores de la zona del Pla, la Goteta, Bon Hivern, de la Rambla Méndez Núñez, San Agustín-Vía Parque, San Blas-Óscar Esplà y de la Playa de San Juan permiten, según datos ofrecidos por la Consejería de Infraestructuras, la evacuación de 3.125 metros cúbicos por segundo. Díaz Alperi destacó la importancia de revisar los barrancos y la canalización del Juncaret-Orgegia, entre Sant Joan y Alicante. Destacó la atención que se le ha ofrecido al barranco de las Ovejas, el único que está sin canalizar y que inundó en los años ochenta la barriada de San Gabriel, en el sur de la ciudad.

La Generalitat ha puesto en marcha este año decenas de proyectos con un presupuesto de 42,6 millones de euros. La provincia más beneficiada ha sido Alicante, que en los últimos tres meses ha visto terminar obras por valor de 8,82 millones. La obra mas importante fue el colector de la calle Óscar Esplá en la dársena del Puerto de Alicante, que ha costado 2,8 millones de euros; y la canalización del barranco Juncaret-Orgegia, que lleva sus aguas a la Albufereta. Esta infraestructura ha costado 5,37 millones de euros. Este mismo proyecto estará terminado con la construcción del encauzamiento del barranco entre los términos de Sant Vicent del Raspeig y la urbanización de los Girasoles, en su término municipal. En total, esta actuación costará 9,7 millones de euros. La provincia de Alicante cuenta con más de 25,8 millones de euros en proyectos iniciados como el de Sant Vicent, en localidades como Mutxamel y Gata de Gorgos. El sur de la provincia está en el punto de mira de futuras licitaciones de la Consejería, que destinará otros 34,43 millones de euros, principalmente para localidades como Orihuela, Onil, Bigastro o Cox. Alicante también recibirá la importante ayuda de 18 millones de euros para canalizar el Barranco de las Ovejas; mientras que Sant Vicent contará con otros siete millones para recoger las aguas pluviales del sur de la ciudad.

Oliva, Monserrat y Miramar son las localidades valencianas que más inversión han recibido de la Consejería en el último trimestre y que ya han visto finalizadas las obras de encauzamiento y prevención de avenidas de aguas. En proyecto se encuentran las obras de encauzamiento del Barranc dels Frares, en Godella, licitado por 4,2 millones; y las obras de evacuación de aguas pluviales del casco urbano de Catarroja. La Generalitat sacará a concurso las futuras obras de las zonas de la provincia que peor parada resultaron en las inundaciones de 2000. Se trata de las obras de las localidades como Albaida, Puçol, Estivella, Cheste, Carcaixent o L'Olleria, entre otros. En total, se destinarán más de 10, 8 millones de euros a estas obras de encauzamientos de barrancos y veredas. La Consejería terminará en los próximos meses la obra de encauzamiento del río Cèrvol, que provocó una gran inundación en 2000.