La heterodoxa paella con beicon

En el número 33 de Corretgeria se ubica un restaurante colorista con inequívoco sabor años sesenta que lleva algo más de un año funcionando con un menú imaginativo de raciones abundantes a precio asequible -10 euros el almuerzo, 15 la cena-. A los fogones de Corretgeria 33 está José Morales, quien, con Juan Carlos Vigo en el comedor, ofrece una cocina de mercado honesta y, como ellos afirman, "abierta a las fusiones", en un local sencillo y atractivo que gustará mucho a la gente joven. Es recomendable reservar mesa en la planta baja y, a partir de ahora y durante todo el verano, en la terraza. La calle que le da nombre al restaurante, ubicada en el tradicional Barri del Carme -Corretgeria: donde se hacían correas y cinturones-, se ha animado mucho últimamente.

Rollito de marisco

Los primeros platos del menú de la noche hablan de esa mezcla de Oriente y Occidente, del Norte y del Mediteráneo: rollito de marisco relleno de bechamel y gambas (un plato estrella de Corretgeria 33); wan-tu de cerdo ibérico, pasas y rúcula; crudités de verduras con guacamole y humus. De segundo, confit de pato con salsa de mandarina, bacalao gratinado con ali-oli y miel de la Alcarria, entrecó a la pimienta rosa o con salsa de camembert o carrillada de ternera con salsa de setas (otro plato que, por su demanda, cuesta sacar del menú). De postre, los golosos disfrutarán con el brownie con helado o los profiteroles a los tres chocolates, aunque, como ocurre con los primeros y segundos, hay cuatro a elegir. Platos todos ellos bien elaborados, abundantes y presentados con mimo, que en su mayoría desaparecen de la carta cada tres meses.

A mediodía, el menú consta de dos tapas a elegir para compartir la pareja y arroz, una graciosa paellita individual, poco común en los restaurantes de la ciudad no sólo por la presentación, sino por lo bien hecha que está. Y en cuestión de paellas no hay límites para la imaginación. José Morales prepara desde las tradicionales de marisco, verduras, arroz negro, bacalao, coliflor y ajos tiernos, hasta otras, que a más de uno le sabrá a herejía, con beicon, verduras y parmesano.