Un montaje metafórico y transgresor lleva a Mérida la historia de Antígona
Los actores José Sancho y María Fernanda D'Ocón triunfan en el teatro romano con una representación en la que se fusionan las obras de Sófocles y Jean Anouilh y que dirige Eusebio Lázaro.
Los 2.000 espectadores que acudieron el pasado miércoles al estreno de Antígona en el Festival de Teatro de Mérida disfrutaron con la puesta en escena de Eusebio Lázaro, en la que participan, entre otros, María Fernanda D'Ocón, José Sancho y Rosana Pastor. Los actores se encontraban exultantes tras la representación por la cálida acogida del público y por haber superado las dificultades de actuar en un espacio del que se dice: "En Mérida el problema no es que te coma el público, en Mérida quien te come son las piedras". Piedras a las que D'Ocón y Sancho se habían enfrentado en ocasiones anteriores, aunque no por ello, según dicen, disminuya ni un ápice el miedo escénico, y más con una obra de las que más se han representado en el mundo y de la que más versiones existen. Varias de ellas protagonizadas por María Fernanda D'Ocón que anoche no recordaba el número exacto de Antígonas que había interpretado, aunque sí habló de algunas, entre ellas la primera, realizada en 1952, que interpretó con 19 años. Hizo otra en 1958, después en 1962 con Carlos Lemos, y luego en 1973 la versión de Pemán. Y aún hay más.
La actriz relacionaba la obra con personas que la han marcado en su carrera como José Bódalo o José Luis Alonso: "He recordado a muchos compañeros esta noche, y, al ver el éxito que hemos tenido, se lo he dedicado a todos ellos", comentó la actriz, que ha aceptado el reto de hacer un papel de mujer joven a su edad.
El actor tiene previsto hacer doblete con esta obra y con la grabación de los nuevos capítulos de la serie Cuéntame, cuyo protagonista, Imanol Arias, no faltó al estreno emeritense. Arias, que ya representó Calígula, de Camus, en este escenario en 1993, no ocultó tener pelusa de su amigo: "Es inevitable que la envidia se dispare en este espacio. Me ha gustado mucho la versión, pues ha ido a lo esencial. Es un montaje que hay que ver, como lo demuestra la reacción del público, y no olvidemos que el espectador en Mérida es muy exigente", comentó el actor, que tiene previsto volver al teatro con una obra de la argentina Susana Torres Molina.
El montaje -una propuesta que Andrés Amorós, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, hizo a Jorge Márquez, director del Festival de Mérida- parte de una versión de Memé Tabares que utiliza la obra intimista y esperanzadora de Jean Anouilh y la fuerza y grandilocuencia de la tragedia de Sófocles. Eusebio Lázaro ha planteado su trabajo desde estéticas moderadamente transgresoras en las que ha fusionado danza contemporánea de Jorge Picó y Tania Garrido, música intimista de percusión de Inma Crespo y Kassoum Sanogo, un vestuario sobrio pero efectista de José Rubio y un espacio que aprovecha todo el gran escenario emeritense. También actúan Jesús Salgado, Lola Casamayor, Miguel Meca, José Luis Torrijo, Rafel Salama Benarroch, José Ángel Díaz, Charly Pereira y Arturo Núñez Santos. "He tratado de mantener un delicado equilibrio que creo que hay que establecer cuando manejamos textos de compleja lejanía", afirma Lázaro de este espectáculo, que permanecerá en Mérida hasta el 23 de agosto.
La garra política de una tragedia
Muchos espectadores comentaban la tremenda actualidad de Antígona, pues trata de la corrupción política, de los desmanes del poder y de las personas que se enfrentan a ese poder. El director del montaje, Eusebio Lázaro, comentó al respecto: "Son cosas que están en el texto original, pero quiero dejar claro que Antígona no es para nada moderna, pertenece al terreno de lo mítico. Lo que pasa es que estas historias nos conmueven porque nosotros somos todavía hombres del pasado, quizá los últimos hombres antiguos. Por eso he procurado buscar una metáfora sin anacronismos".
