Un verano de película
Si hay alguna profesión que no sabe ni de horarios ni de estaciones ésa es la de actor/actriz. Y de estabilidad laboral; ni que hablar. De eso sabe mucho Fele Martínez (Alicante, 27 años),
exponente de la nueva hornada de jóvenes actores nacionales que han dado un notable impulso al producto nacional. Y es que Fele apenas recuerda la última vez que se concedió dos semanas de asueto para marchar a su tierra natal y tumbarse a la bartola, abducido por el sol y el mar.
Así, mientras media España se encuentra bajo un asfixiante bochorno, Fele soporta estoicamente los implacables focos mientras participa en el rodaje La Mala Educación, el último proyecto del midas del cine español, Pedro Almodóvar. La cinta está protagonizada por el intérprete alicantino junto a Gael García y Javier Cámara.
Desde que irrumpiera en el panorama nacional de la mano de Alejandro Amenábar con Tesis -no en vano, fue considerado en 1997 el mejor actor revelación-, Fele sigue subido a la racha que enfiló desde entonces y de la que no quiere apearse, por si acaso. De hecho, ha intervenido en los mejores largometrajes que se han realizado en el cine español, en los últimos tiempos.
Mientras, entre toma y toma, el actor aprovecha para leer -su última lectura fue El último judío de Norman Gordon- y viajar, aunque sólo sean desplazamientos relámpagos: no hay tiempo, lamenta. Su último destino, breve por cierto, fue Portugal, durante la pasada Semana Santa.
Así que, como viene siendo costumbre en él, Fele disfruta de un verano de película. Un planning de lo más repleto; al menos diez horas de rodaje y después a continuar estudiando el guión. Y así será hasta finales de septiembre, fecha en la que previsiblemente acabe el film. Al menos, dice Fele aliviado, la indumentaria de la película es ligera; ya se sabe, en ocasiones la dictadura del rodaje obliga a los actores a caracterizarse con independencia de la temperatura que registre el escenario. Con un talento incuestionable -ahí están Los Amantes del Círculo Polar o Abre los ojos- el trabajo le impedirá pasar unos días en la playa de San Juan, donde residen sus padres. Bueno, pero se consuela con disfrutar de un temperatura más fresquita en Galicia, adonde irá a rodar los exteriores del film.
Siempre destilando una justa modestia, este alicantino, admirador de Gary Oldman y devoto de la cinta Jovencito Frankenstein, no tiene grandes pretensiones personales. Espera impaciente el AVE Alicante-Madrid que le permita viajar con mayor asiduidad a ver a los suyos, aunque la estancia de su hermano, tres años más joven y de profesión iluminador y actor, le ayuda a hacer más llevadera sus largas temporadas en la capital.
Cuenta, entre sus proyectos, dirigir un nuevo corto. Su primera incursión fue con El castigo del ángel, pero tendrá que posponer este iniciativa porque, insinúa, ya tiene otra propuesta sobre la mesa. Mientras el cuerpo aguante las vacaciones tendrán que esperar.
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