La caída de los contratos temporales se suaviza
La lucha contra la temporalidad, uno de los principales males del mercado de trabajo español, comienza a atenuarse. El último informe trimestral de Adecco, grupo de trabajo temporal y gestión de recursos humanos, sobre el panorama laboral en España y otros países europeos constata una caída menos intensa en los contratos temporales firmados.
La respuesta, según algunos expertos, hay que buscarla en el clima económico: "El año pasado, a estas alturas, se pensaba que el crecimiento [del producto interior bruto] estaría más cerca del 3% que del 2%", reflexiona Diego Barceló, investigador de la escuela de negocios IESE y autor del estudio de Adecco. Hace pocos días, el Gobierno revisó a la baja su previsión de crecimiento para este año hasta situarla en el 2,2%.
Uno de cada tres trabajadores en España tiene contrato temporal, una proporción que casi triplica la media europea, donde el 11% de los empleados trabaja con un contrato de duración limitada. La Comisión Europea ha lanzado en varias ocasiones advertencias a España para que reduzca la tasa de temporalidad y en los últimos años ha caído ligeramente (del 35% que alcanzó en 1995 al 30,6% en el segundo trimestre del año, según la Encuesta de Población Activa). Sin embargo, tanto el informe de Adecco como los últimos datos del paro registrado en julio apuntan a un aumento en el volumen de trabajadores temporales.
Elegir esta modalidad de contratación tiene mucho que ver con las perspectivas empresariales. Cuando éstas son buenas, gran parte de los contratos temporales se transforman en indefinidos. Si no existe confianza en una próxima recuperación, los empresarios se lo piensan más y optan por la solución temporal, asegura Barceló.
A corto plazo, este aumento de la temporalidad se intensificará, según el experto del IESE. No obstante, para Diego Barceló los contratos eventuales no constituyen necesariamente un fenómeno negativo: "A priori, la temporalidad no resulta agradable. Pero lo positivo es que la tasa de desempleo ha bajado mucho".
Otro de los capítulos en los que España sale mal parada en el índice de Adecco es la productividad, un concepto que resulta de dividir la producción entre el número de asalariados. Al aumentar la ocupación, el índice de productividad se estanca.
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