Lujo para la beneficencia.
El Sporting Club de Montecarlo fue sede el pasado viernes de la tradicional gala benéfica de la Cruz Roja de Mónaco, donde no faltaron el príncipe Rainiero, la princesa Carolina y su marido el príncipe Ernesto Augusto de Hannover. No acudió a la cita la rebelde de la familia, Estefanía de Mónaco. La cena, a más de mil euros el cubierto, dio paso al también tradicional baile monegasco.
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