La fábrica de botellas de Jerez reduce su plantilla en 58 puestos de trabajo

La dirección de Saint Gobain-Vicasa, la compañía francesa propietaria de la fábrica de botellas de Jerez, y el comité de empresa firmaron ayer, tras dos semanas de intensas negociaciones, un preacuerdo sobre el expediente de regulación de empleo. El pacto prevé la salida de 58 de los 187 empleados de la planta y el cierre de uno de los dos hornos existentes para la elaboración de botellas.

Los trabajadores se acogerán a un plan de prejubilaciones que prevé la percepción de un 93% del salario más una revisión de dos puntos al alza anual y vitalicia. El cierre del horno, que se averió hace unas semanas y no ha sido reparado, parece definitivo. En este sentido, el único compromiso que los sindicatos han logrado arrancar a la empresa es que la instalación será reparada y volverá a funcionar si se incrementan los pedidos en un 50%, escenario poco probable si se tiene en cuenta que la propia Vicasa apuesta por otras de sus fábricas como las de Dos Hermanas, Burgos y Zaragoza.

La compañía, según los trabajadores, ha llegado a reconocer que su primera intención es que la planta de Jerez produzca únicamente para las bodegas del Marco, desviando los encargos que lleguen desde otras provincias españolas. La maniobra planteada por Vicasa ha hecho temer a las centrales sindicales por el futuro de la fábrica de botellas, auténtico símbolo del enclenque sector industrial jerezano.

UGT advirtió ayer en un comunicado oficial de que "la dirección de la multinacional puede estar dando un paso más encaminado al cierre definitivo de la instalación jerezana". El sindicato recuerda que ya hubo una regulación de empleo en 2000 y asegura que estamos asistiendo al principio del fin para la fábrica de botellas, una planta en la que han llegado a trabajar más de 600 personas y cuya plantilla será desde ahora de 129 trabajadores.