Benidorm entona el 'blues' de la decepción por los Rolling Stones
La desilusión fue la nota dominante entre las más de 30.000 personas que habían comprado una entrada para ver anoche en directo a sus satánicas majestades. El concierto se suspendió por una afección de garganta de Mick Jagger.
El calor sulfuroso, las playas atestadas de veraneantes, las grúas que acechan la construcción de muchos, muchísimos, faraónicos hoteles, esos inmensos bloques de hormigón -con el neoyorquino Bali a la cabeza- que desafían toda lógica y esas discotecas nocturnas que disfrazan las noches estivales en la costa de música bakalao, alcohol y ligoteo, no tendrán que competir con el rabioso y eléctrico sonido de los Rolling Stones. Al menos, por el momento. La organización del concierto, la promotora local Mundisenti-2, recibía el lunes a las diez y media de la noche, a pocas horas de la apertura de las puertas, un telefonazo desde París. Era Michael Cold, socio de Mick Jagger, quien llamaba para comunicar que el mítico cantante sufría una afección de garganta que le impediría realizar el concierto que estaba previsto tuviera lugar anoche. Por las palabras de Cold se traslució que tal vez el solista del grupo había estado visitando una clínica en la capital parisiense para forzar su recuperación, hecho que, a todas luces, no consiguió.
Tras el pánico de los primeros instantes y la lógica decepción subsiguiente, los organizadores, el Ayuntamiento y Gamerco, empresa promotora que representa a los Stones en España, procedieron a elaborar un comunicado de prensa que explicaba la situación en unas breves líneas, al tiempo que anunciaba que en el plazo más breve posible se iniciaría la devolución del importe de las entradas. Se habían vendido más de 30.000, pero todavía quedaban cerca de 1.000 en taquilla.
Horas después, desde primeras horas de la mañana, la noticia se abrió paso en Benidorm. En la puerta del campo de fútbol de Foietes, varias decenas de jóvenes mochileros que habían pasado la noche al raso para coger un sitio privilegiado manifestaban su desolación ante la suspensión recién anunciada. Antonio, Cristina, Jesús y Nani, los cuatro de la Sierra de Segura, se hacían una foto junto al comunicado de prensa expuesto en la puerta del polideportivo; pero el disgusto del cuarteto tampoco parecía tan grande como para impedirles ir acto seguido a olvidar la decepción a la playa. Alrededor de dos de los puntos de venta de entradas, el quiosco de la plaza del Triangular y las taquillas de la plaza de toros, se contemplaban escenas similares. Ashley, un rubicundo joven británico ataviado con una camiseta con la lengua de los Stones impresa y un recipiente de medio litro de cerveza en la mano, calificaba lo sucedido, en un más que comprensible castellano, como "una tremenda putada. Hemos venido varios amigos de Londres en un chárter y no tenemos ni hotel ni dinero, sólo la entrada". Javier y Rosa, ambos de Soria, también se quejaban de que "habían pedido un día de permiso en el trabajo. Tenemos que estar mañana de vuelta a las 9.00".
A las dos y media de la tarde de ayer los tráilers estaban cargados de nuevo con todo el montaje escénico que tanto costó poner en pie. Mientras, en el camerino de producción, Lorenzo Pérez, responsable de la promotora Mundisenti-2, comentaba que las pérdidas acarreadas correspondían a los trabajos de montaje realizados hasta el momento de la suspensión, y ascendían aproximadamente a medio millón de euros (unos ochenta millones de pesetas), "pero eso lo cubre el seguro. Lo peor de todo ha sido el poco tiempo de reacción que hemos tenido". Pérez confirmó también que el grupo ha ofrecido de modo verbal la fecha del próximo 19 de septiembre para la realización del aplazado concierto: "Dentro de lo malo está bien, porque mucha gente de la zona no podía venir porque estaban de vacaciones fuera de Benidorm. Ellos sustituirán a los que prefieran que se les devuelva el dinero de las entradas".
Entre París y Mallorca
José Amor, coordinador de grandes eventos del Ayuntamiento de Benidorm, se mostraba ayer tremendamente decepcionado por el desenlace del milagro que había supuesto realizar en tiempo récord las obras de adecuación del estadio. "Estaba todo preparado y, de repente, recibes una noticia así a sólo ocho horas del concierto...". Las obras en el campo de Foietes se habrían hecho de igual manera, porque formaban parte de un ambicioso proyecto que consiste en dotar a la localidad alicantina de un recinto que pueda albergar giras de músicos y artistas de primera fila. La comparecencia de los Stones era piedra de toque necesaria para el proyecto.
Mariano Rajoy, Jaume Matas, Alejandro Agag y Ana Aznar -estos dos últimos estuvieron en el concierto de Madrid- estaban entre las más de 1.000 personalidades que ya habían confirmado su presencia.
La decepción provocó que se dispararan los rumores. Según el más sonado, el cuarteto británico tenía decidido no actuar en Benidorm a causa del último y reciente atentado de ETA en la ciudad. Esto ha sido tajantemente desmentido por todos los implicados en la organización del concierto. Los organizadores coinciden en que la suspensión se debe a una lesión en las cuerdas vocales de Mick Jagger, que se encuentra en París. La próxima actuación del grupo será el viernes en Hannover (Alemania). Hasta entonces, el resto de la banda seguirá de vacaciones en Mallorca.
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