EL FLAMENCO Y EL TANGO DE DOS GRANDES DE LA DANZA

Inaudito. Para una ciudad que prácticamente vive de secano todo el año en cuanto a la danza y el ballet de altura, los programadores de dos eventos diferentes, Los Veranos de la Villa y el Festival Chivas, hacen coincidir en un mismo día los dos estrenos más importantes de la temporada madrileña: Joaquín Cortés en el Conde Duque y Julio Bocca en el teatro Coliseum de la Gran Vía. En cierto sentido, Cortés y Bocca representan los polos positivos de sus respectivos géneros, han sido seguidos con pasión, criticados con furia, aplaudidos e imitados. Ambos, también han sido objeto de un fuerte interés mediático. Y los dos son, sobre todo, grandes individualidades, hombres virtuosos y entregados a la danza para situarla en un rango de belleza y sensibilidad difícil de emular.

Julio Bocca baila por primera vez en un teatro cerrado desde aquella gloriosa ocasión, cuando Maya Plisétskaya dirigía el Ballet del Teatro Lírico y Arantxa Argüelles fue su honrosa partenaire. Eso no se ha olvidado. Bocca ha querido poner algo clásico en su oferta actual: "Hacemos cosas nuevas, pero esta Carmen me gusta mucho y la chica que lo hace me encanta, de modo que quería que lo hiciera aquí. Así además, hay algo de esencia española en nuestro repertorio y me permite crear y desarrollar el personaje de Don José. También en el primer programa hacemos Macbeth, donde hago tanto el papel de él como el de Lady Macbeth. Nos costaba estrenarlo, dicen que trae mala suerte, pero ya está todo bien y estamos aquí". El programa se completa con una coreografía actual sobre los jóvenes de Chet Walker (el coreógrafo del musical Fosse); Ecos, de Mauricio Wainrot, y Tchaicovski Pas de deux, de Balanchine.

Con respecto al segundo programa Boccatango, el artista bonaerense dice: "Boccatango

salió de la nada y ha resultado un éxito allí donde vamos. No hay gran producción, es sencillo e íntimo, es el baile limpio y puro, lo que se siente al bailar el tango. En escena estamos los músicos, los bailarines, dos cantantes y ya está".

Tras varias operaciones y una exitosa última temporada en Nueva York, Bocca se siente totalmente en forma: "En Nueva York fue muy bonito. Hice mi último Romeo y Julieta con Alessandra Ferri. Ahora estoy totalmente recuperado. Yo lo paso muy bien encima del escenario, ésa es la verdad".

Joaquín Cortés , por su parte, llega a Madrid dentro del noble ajetreo de la creación y puesta en marcha de una nueva compañía de ballet flamenco compuesta por valores jóvenes y codirigida por su tío, que es a la vez su maestro y conciencia correctora. Cortés trae de nuevo su Live, un espectáculo temerario y aparentemente simple, pero en realidad, la mejor y más difícil prueba de fuego para un bailarín: bailar en solitario, demostrar de lo que es capaz con todos los matices, secretos y estilos que tiene el ballet flamenco en su profundo saber.

Joaquín Cortés ha demostrado sin duda alguna ser el mejor bailarín de su generación, el más atrevido y el que dio definitivamente la vuelta al ballet flamenco y a las posibilidades escénicas de los lenguajes de fusión. Ha sido la mayoría de las veces injustamente lapidado por los puristas. Aún le tenemos muy cerca y le compartimos, pero no es difícil prever con un poco de perspectiva tanto estética como histórica, que al final la tan quebrada historiografía de la danza española le reconocerá su papel en el tiempo y en la causa de la modernización del género.

Joaquín Cortés estará en el Patio Central del Conde Duque hoy, mañana y pasado. Julio Bocca hace su primer programa desde hoy hasta el 10; su segundo programa, Boccatango, estará en cartel del 12 al 17 de agosto.