Condenado un matrimonio a cuatro años por usar cheques falsos
El Tribunal Supremo ha condenado a C. F. D. y a su marido, F. A. S. R., ambos de 33 años, a pasar los próximos cuatro años y nueve meses entre rejas por haber estafado a la empresa de ingeniería en la que trabajaba ella un total de 693.000 euros mediante la falsificación de los cheques con los que la compañía pagaba a sus proveedores.
El matrimonio usó el dinero para comprar dos viviendas: una en la calle de Alzola del barrio de Orcasitas (Usera), destinada a residencia habitual, y otra en Guardamar de Segura (Alicante). También efectuó con él viajes y otros gastos personales. El Supremo endurece con esta decisión una sentencia anterior de la Audiencia Provincial.
La sentencia relata cómo el matrimonio se dedicó, durante más de dos años, a quedarse con el dinero destinado a pagar a los proveedores de la compañía. La acusada, en calidad de auxiliar de la empresa de ingeniería, ubicada en la calle de Princesa, "era la encargada del despacho y tramitación de los efectos bancarios con que se pagaba a los suministradores", explica el fallo.
C. F. D. se aprovechó del control que tenía sobre las finanzas de la empresa "para manipular los cheques bancarios librados a favor de los suministradores y obtener así el importe de los mismos". "De acuerdo con su esposo, la acusada procedió a modificar el nombre de los beneficiarios de los cheques, firmando en el reverso de los documentos bancarios su propio nombre o el de su cónyuge", continúa la sentencia. La mujer falseó 29 cheques.
La empresa tardó dos años y dos meses en darse cuenta de que estaba siendo estafada por su empleada. Cuando al fin lo hizo, demandó por vía penal y civil a C. F. D. y a su marido, pero posteriormente renunció a las acciones legales al ser resarcida por el matrimonio y por el banco con el que la compañía trabajaba.
Devolver los pisos
"Los acusados reintegraron a la empresa los dos bienes inmuebles que habían adquirido. Este reintegro, y el hecho de que el banco le abonara una importante suma en metálico, llevó a la empresa denunciante a renunciar a las acciones civiles y penales, considerándose resarcida del perjuicio sufrido", concluye el fallo.
La fiscalía, sin embargo, llevó el caso adelante y la Audiencia Provincial dictó sentencia el 4 de febrero de 2002. El fallo condenó a los cónyuges a cuatro años de cárcel "como coautores de un delito continuado de estafa, agravado por ejecución mediante cheque y por la especial cuantía de la cantidad defraudada".
Sin embargo, el tribunal absolvió al matrimonio del "delito continuado de falsedad en documento mercantil, al quedar éste absorbido en el delito de estafa agravada". El ministerio fiscal recurrió este extremo de la sentencia ante el Tribunal Supremo, que ahora le ha dado la razón al considerar al matrimonio culpable también de este delito, prolongando la pena en nueve meses.
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