Martín Villa anuncia el final del comisionado del 'Prestige'

El comisionado del Gobierno para la catástrofe del Prestige, Rodolfo Martín Villa, cree el Ejecutivo acabará con este organismo en octubre próximo, según reconoció él mismo en declaraciones a la Cadena SER en Galicia.

Martín Villa considera que las medidas puestas en marcha hasta ahora eran excepcionales y por eso deben ser revocadas una vez que se ha normalizado, a su juicio, la situación. No obstante, el Ejecutivo mantendrá abierta una oficina en Galicia para los asuntos relacionados con las subvenciones que deben recibir los afectados, así como el dispositivo de limpieza de playas y otro que coordina a los barcos que trabajan en el mar. De hecho, el principal objetivo de Martín Villa, antes de abandonar su puesto, es dejar cerradas la mayor parte de las indemnizaciones. El cierre del comisionado se podría producir, si todo va bien, el próximo 3 de octubre, cuando lo decida así el Consejo de Ministros.

A pesar de todo, el chapapote sigue llegando a las playas de Galicia y del Cantábrico. Además, ayer llegó a la zona del hundimiento del Prestige el Polar Prince, el buque que debe sellar las grietas de popa por las que se escapan 350 kilos de chapapote al día.

Martín Villa cree que "las cosas están mucho mejor o si se quiere, para no ser triunfalistas, mucho menos mal de lo que estaban", después de llevar a cabo una tarea "muy superior" a la que se ha hecho en catástrofes análogas. No obstante, lamentó la retirada de las banderas azules del Cantábrico, a las que los vientos están trayendo pequeñas galletas de fuel, precisamente en la época de mayor afluencia de turistas. El comisionado reconoció que no se pueden "dominar los vientos" que arrojan nuevos restos de chapapote.

A juicio de Martín Villa hay que "convivir" con esta situación, mientras queden dispersas manchas en el Golfo de Vizcaya. "Creo que las playas están en bastante buen estado y que la información que se está dando es transparente", sentenció. Martín Villa admitió que el Gobierno fue "excesivamente optimista" al comienzo de la catástrofe.