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Los líderes autonómicos socialistas aseguran a Aznar que el PSOE garantiza la unidad de España

El jefe del Gobierno se queja de las actitudes de Zapatero, Maragall y Elorza

Anabel Díez

"Tu idea de España azuza a los nacionalismos y divide a la sociedad; la nuestra integra, pero hay que afinarla y ajustarla a la realidad del siglo XXI". Ésta fue una línea argumental de los cuatro presidentes socialistas convocados durante las dos últimas semanas por el presidente del Gobierno, José María Aznar. El presidente desgranó reproches hacia el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, por consentir actitudes disgregadoras en Cataluña y el País Vasco. "Te equivocas", le dijeron. No hubo acuerdo, pero sí amabilidad, franqueza y bromas.

Muy en la línea del PSOE, de dejar hacer a sus presidentes autonómicos lo que consideren oportuno en defensa de los intereses de sus comunidades autónomas, según justifican en la ejecutiva federal, no hubo consigna antes de la reunión en el palacio de La Moncloa convocada por Aznar.

En las dos últimas semanas han pasado por Moncloa todos los presidentes autonómicos elegidos en los comicios del pasado 25 de mayo y cuatro de ellos son socialistas. Consignazo no, y doctrina, escasa pero clarita: el proyecto de cohesión de España requiere más cooperación entre comunidades y entre éstas y el Gobierno central. El Senado, como foro de todos, es un puntal esencial para esa política integradora. Eso era todo lo que debían llevar en la cartera, ya que lo fundamental era las cuestiones relacionadas con sus respectivas regiones.

José Bono, presidente de Castilla- La Mancha, fue el primero en pasar por Moncloa. Le siguió Vicente Álvarez Areces, de Asturias, y tras él, Marcelino Iglesias, de Aragón. Por último, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de Extremadura.

Cuando posteriormente hablaron entre ellos se dieron cuenta de que Aznar les había transmitido a todos cierta "obsesión", y sin ponerse de acuerdo previamente todos se la habían rebatido. Sin saberlo, todos defendieron a ultranza a su secretario general y se esforzaron en convencer al presidente del Gobierno de que no debía albergar temor alguno sobre la fortaleza y la firmeza del proyecto socialista respecto a la unidad de España.

"El presidente Aznar aparentaba estar muy preocupado por la cohesión de España, que además de por los nacionalistas corre peligro, según él, por la actitud del PSOE", cuenta uno de los presidentes socialistas. "Somos culpables por consentir posiciones como las que defienden nuestros compañeros Pasqual Maragall y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza", señaló otro de los visitantes de La Moncloa. Todos coincidieron en defender a Maragall y a Elorza; es más, llegaron a exaltar sus posiciones "en clara diferenciación con los nacionalismos", continúan la narración.

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Consejos

Aznar tuvo que escuchar cómo los presidentes del PSOE le aconsejaban que cambiara de posición, ya que la España "uniforme" que defiende azuza a los nacionalismos. El presidente del Gobierno culpó a Zapatero de esas políticas poco favorecedoras de la cohesión de España y los presidentes socialistas le rebatieron, asegurándole que estaba equivocado con Zapatero. "Habla con él, ya verás como estás equivocado", le sugirieron Bono, Rodríguez Ibarra y Álvarez Areces. No hubo respuesta a ese punto.

Al presidente aragonés, Marcelino Iglesias, no le habló de Zapatero. Quizás porque Iglesias advirtió al presidente del Gobierno que hablaba también en su condición de miembro de la ejecutiva federal, es decir, de la dirección del PSOE, y, por tanto, sabía muy bien cual es el proyecto de su partido para toda España. Aznar sí le preguntó por ese proyecto de volver a la Corona de Aragón, junto a Cataluña. "La Corona de Aragón es España ya que los dos actores que conformaron España fueron Aragón y Castilla, así que no debes preocuparte", le dijo Iglesias, quien señaló que el Estado autonómico debe perfeccionarse y afinarse "como un buen piano".

Aznar escuchó de los cuatro presidentes autonómicos una defensa pertinaz de la reforma del Senado. Como quiera que Aznar relacionaba, según estos testimonios socialistas, "el problema vasco" con los nacionalismos, los socialistas insistían en que precisamente los nacionalistas son los que no quieren esa reforma del Senado porque sólo desean relacionarse tú a tí con el Gobierno. "Ahora, el PP y los nacionalismos coinciden en no querer ese foro común para todos, que sería la Conferencia de Presidentes".

Posición cerrada

"No y no", fue la respuesta. "Estuvo cerrado sin un resquicio posible a aceptar nuestras tesis". Pero ellos las expusieron. Los cuatro también llegaron al convencimiento de que la cerrazón de Aznar a admitir que el PSOE no pone en peligro la unidad de España -en este punto algunos se ríen y otros alzan la voz un poco enfadados- tiene más que ver con su estrategia, y la del PP, de ataque electoral que con un convencimiento real.

Es muy probable que Aznar, a medida que iba recibiendo interlocutores socialistas, considerase que se habían puesto de acuerdo. Pero no fue así. Y ahí llegó el presidente asturiano y vueltas a que el Senado debía ser el foro común y que en ese marco debían reunirse los presidentes autonómicos con los presidentes socialistas. "Schröeder no se reúne apenas con los länder y el Estado funcionaba bien", fue la respuesta el presidente asturiano Álvarez Areces. Aznar se quejó del proyecto de Pasqual Maragall. "Me hablas de alguien a quien conozco desde hace 18 años; el proyecto de Maragall está en España". Y de ahí pasó a la retirada de la bandera española en Manresa. "Y de ahí pasó al plan Ibarretxe por inaceptable". Areces respondió que "claro que es inaceptable". No obstante, Areces no ocultó a Aznar que le gustaría que el PNV estuviera en el lado de los constitucionalistas e incluso debía ser el reto del PP y del PSOE.

José María Aznar, durante su entrevista con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.
José María Aznar, durante su entrevista con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.MANUEL ESCALERA

"Te equivocas presidente"

"Te equivocas presidente". José María Aznar escuchó muchas veces esta frase de los cuatro presidentes socialistas, pero quizá el más contundente fue Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

Todos reconocen que Aznar estuvo amable y cordial e incluso hubo momentos muy distendidos. Las frases de Ibarra pueden parecer duras, pero el tono que empleó, al parecer, en absoluto enojó a Aznar.

"Tenéis un problema de liderazgo y de proyecto para España", le dijo Aznar. "Te equivocas; no tenemos problemas de ninguna de las dos cosas. Nuestro proyecto lo compartimos todos, aunque, desde luego, discutimos, porque debatimos sobre valores". respondió Ibarra.

Aznar se quejó mucho de Zapatero, de Maragall, de Odón Elorza, de los socialistas navarros... "Te equivocas, presidente. Gracias a que Odón Elorza no hace la política que tú defiendes, en San Sebastián gana un socialista y no un nacionalista".

Ibarra, para desconcierto de Aznar, llamó "desleal" al presidente. "Modificas los impuestos que nosotros debemos aplicar y haces en solitario la Ley de Calidad de la Educación que debemos aplicar sin darnos financiación". Aznar le reprochó esa opinión.

Ibarra le dijo que debía aceptar la modificación del Senado. "No es normal que no me hayas recibido desde hace tres años; el Senado debía ser la Cámara de encuentro".

En varias ocasiones el presidente se rió con las consideraciones de Ibarra. Por ejemplo, cuando le dijo: "Tú no temes el proyecto de Maragall, sino que sabes que su victoria es la antesala de la victoria de Zapatero, porque te vamos a ganar".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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