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Las empresas familiares pierden diez puntos de rentabilidad tras su salida a Bolsa

La rentabilidad económica de las diez empresas familiares que comenzaron a cotizar en bolsa durante la década de los noventa cayó de un 25% hasta un 15% en sólo dos años. Así lo demuestra el último estudio de la Fundación BBVA La Empresa Familiar en España, fundamentos económicos y resultados.

El informe es claro: la rentabilidad de la empresa familiar representa un 25% de la inversión antes de salir a bolsa, en el año de ingreso, ésta se reduce a un 17% y en el ejercicio económico posterior a la entrada, la rentabilidad llega al 15%, diez puntos por debajo del resultado previo a las transacciones bursátiles.

En cuanto a la rentabilidad financiera -rentabilidad de los accionistas- la situación es aún más desalentadora, pues de un 41% en el año anterior a la entrada en bolsa, se pasa a 19% en el primer año y 18% en el segundo, 23 puntos por debajo del resultado inicial.

Los autores del estudio presentado la semana pasada, Carmen Galve y Vicente Salas, explican que esta considerable caída se produce por la reducción en la rotación de inversión como consecuencia del incremento espectacular en el inmovilizado financiero, el cual no es acompañado por una tasa de crecimiento similar en las ventas y beneficios.

Cifra reducida

Esas empresas son Sol Meliá, Cortefiel, Enaco, Funespaña, Telepizza, Barón de Ley, Bodegas Riojanas, Miquel i Costas, Adolfo Domínguez y Dogi. Cifra muy reducida para un sector que genera el 60% del empleo en España y que representa dos tercios de la actividad productiva, pero que es muy ilustrativa para demostrar la excesiva reticencia de las familias a perder el control efectivo de sus empresas.

Pero según La Fundación BBVA, no todo son problemas al ingresar a la bolsa. Destacan que esta operación permite aminorar el nivel de endeudamiento, "mención especial merece el caso de Telepizza, cuyo riesgo financiero es realmente importante, pues sus fondos propios son insuficientes para financiar el inmovilizado".

La salida a la bolsa de las empresas analizadas coincide con el afloramiento de importantes plusvalías en el inmovilizado financiero, de esta manera, el estudio indica que no debe descartarse que las empresas aprovechen la cotización para actualizar el valor de sus inversiones financieras, acercándolas a sus valores de mercado.

Otro mito que derriba el informe es que prácticamente en la totalidad de los casos estudiados, al familia retiene el control efectivo de la sociedad, en la mitad de los casos en una posición mayoritaria.

De las empresas familiares españolas que ingresaron a la bolsa en la década de los noventa, el 40% pertenece al sector comercio y otros servicios y el 60% restante al área de otras industrias de transformación. Su activo medio de algo más de 66,11 millones de euros, unas ventas medias de 84,14 millones de euros, una edad media de 30 años y un crecimiento medio en sus ventas del 12%.

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