Otro combate Europa-EE UU
El programa S-80 ha abierto una nueva batalla entre Europa y EE UU similar a la que mantiene aparcado desde hace meses el nuevo helicóptero de ataque del Ejército de Tierra, por el que pugnan el modelo estadounidense Apache y el europeo Tigre. Se da por descontado que el contratista del submarino será la empresa pública Izar, diseñadora del proyecto, constructora de la plataforma e integradora de todos los sistemas. Para sus astilleros de Cartagena (Murcia) la construcción de cada submarino supondrá en torno a 1,6 millones de horas de trabajo. Ello no es obstáculo para que parte del trabajo se pueda subcontratar a su homólogo francés DCN.
De hecho, el S-80 podría convertirse en la plataforma de lanzamiento del futuro consorcio naval europeo, que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) pretende poner en marcha en septiembre, siguiendo la exitosa estela de la multinacional aeronáutica EADS. Sin embargo, estos propósitos pueden tropezar con una decisión muy delicada: la elección del sistema de combate del S-80, que representa hasta el 40% de su coste total. El Scorpène que fabrican conjuntamente Izar y DCN incorpora el sistema de combate Subtics, de tecnología mayoritariamente francesa. Sin embargo, la Armada española prefiere el sistema Subic, que fabrica la firma estadounidense Lockheed Martin. Este sistema se basa en el desarrollado para el Virginia, el último modelo de submarino de ataque de la Navy.
La experiencia adquirida con el sistema de combate Aegis, que Izar ha montado en las fragatas F-100 vendidas a la Armada española y en las F-310 exportadas a Noruega, juega en favor de Lockheed Martin. También le favorece la oferta de Washington para que Izar construya los ocho submarinos vendidos a Taiwan, obviamente con sistema de combate estadounidense. Al final, será una decisión política.
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