Brisa
La canícula arrecia, las calles están que arden, los áticos son hornos, la Asamblea escupe fuego, la basura aviva rescoldos fétidos, los pirómanos físicos y espirituales se frotan las manos, la imagen de San Pantaleón rezuma sangre, los asesinos van por ahí calientes de cascos y acribillan a quien no les puede ofrecer un cigarrillo. Dicen que el tabaco mata, pero a ese joven boliviano le dieron el boleto por no llevar encima una cajetilla. La vida es un alucine. Los ciudadanos están quemados, abochornados. No les falta razón. Como guinda a los ardores descritos, ya están humeando las máquinas encargadas de llevar a cabo la operación de asfaltado de calles. Dios te ampare si le toca el turno a tu barrio.
Menos mal que todavía existe la brisa, conocida como céfiro por los poetas clásicos. Llámase céfiro a ese vientecillo suave que llega, acaricia y se va sin que te dé tiempo a agradecer su visita e invitarle a un batido. Luego, sin previo aviso, vuelve, te hace un guiño y se esfuma. Le encanta jugar y hacer arrumacos con gentes de todo tipo y condición, pero sólo cuando a él le apetece. En eso se diferencia radicalmente del abanico, que es algo así como un céfiro enjaulado en las garras de su posesora (también hay varones que lucen abanico, pero la cosa no acaba de cuajar). Una de las características de la brisa es su fugacidad, al igual que ocurre con casi todo lo sublime. El céfiro dejaría de ser placer si anduviera todo el día de aquí para allá intentando complacer a todo quisqui. Los estudiosos coinciden en señalar que para sorprender a la brisa hay que ser experto en crepúsculos y madrugadas. En realidad, la mayoría de los noctámbulos son buscadores de brisas.En Madrid se puede disfrutar de muchas brisas, la principal de las cuales está en las Vistillas, justo en el sitio donde se estableció el primer asentamiento humano de esta ciudad. Y también es una brisa para el coco la X Fiesta del Títere de los Veranos de la Villa, en el Retiro. O el Festival Internacional de Artistas de Calle, en la plaza de España. La brisa es risa y hace cosquillas. Un amigo policía me definió ayer lo que es un polideportivo: es un madero haciendo footing.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.