El puerto de la discordia

El proyecto de ampliación del puerto de Xàbia, que plantea construir 500 nuevos amarres en la escollera de Levante, está provocando una fuerte polémica en este pueblo de la Marina Baixa.

El plan, presentado en enero por la empresa Marina Punta del Este S.A., fue rechazado por todos los partidos políticos en un pleno del Ayuntamiento celebrado el 13 de mayo.

Las razones expuestas para rechazarlo fueron: el impacto ambiental, al afectar al Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Montgó y a una pradera marina de Posidonia oceanica; las consecuencias para el barrio Duanes de la mar, que condensa la zona comercial de Xàbia y se resentiría por la aparición de un complejo comercial asociado a las obras; y el cambio visual que sufriría la bahía al ampliar medio kilómetro la longitud del dique actual y aumentar hasta los 10 metros el muro protector contra las olas.

La empresa promotora no se ha resignado a desarrollar unas obras en las que preveía invertir más de 7.000 millones de euros. Sabedora de que la decisión final no depende del consistorio, sino de la consejería de Infraestructuras y Transportes, Marina Punta del Este ha solicitado, sin embargo, reunirse con el alcalde del Partido Popular para limar diferencias. "No nos han hecho ni caso", asegura Antonio Chávarri, consejero delegado de la compañía.

El portavoz del Ayuntamiento, Enrique Bas, da el caso por cerrado después del pleno de mayo, y acusa a la compañía de recurrir a la "manipulación callejera" para lograr su objetivo. Se refiere así a las más de 13.000 firmas a favor del proyecto que la Asociación por el Progreso de Xàbia (APX) ha presentado esta semana en el Ayuntamiento. La mercantil niega tener relación alguna con esta asociación que defiende su proyecto con tanto ahínco.

El gobierno municipal, la oposición y la Plataforma para la Defensa del Litoral de Xàbia (PDLX), no están tan seguros. Para el concejal socialista Pascual Codina "la Asociación por el Progreso no es más que la empresa", y "sus dirigentes están relacionados con el negocio de la reparación de barcos y con la venta de los futuros amarres que se crearían".

No sólo eso. Los grupos políticos, PDLX, y otros colectivos locales, afirman tener constancia de que APX ha recolectado buena parte de las firmas entre personas que ni residen ni veranean en Xàbia. Una peña deportiva del municipio asegura que en dos restaurantes de la autovía que une Madrid con la costa valenciana, se abordaba a los clientes para obtener su apoyo a "un puerto que se quiere construir en una población del mediterráneo", informa P. Ángel Albi.

La empresa cuenta, desde hace pocos días, con el apoyo de la cofradía de pescadores. Opuesta hasta ahora a cualquier proyecto de ampliación, su presidente, Moisés Erades, reconoce que este cambio se debe "a la firma de un documento de obligación" por el que Marina Punta del Este se compromete, entre otras cosas, a construir un local para los marineros, ceder a la cofradía el control de una nueva gasolinera, y dar 100.000 euros anuales a los pescadores que no puedan faenar durante las obras.

Su otro respaldo proviene de dos biólogos de la Universidad de Valencia, a los que la empresa encargó sendos estudios. En ellos, el profesor Manuel García Carrascosa y el catedrático Vicente Esteban Chaparría, señalan que el entorno en el que se construiría el dique está ya muy degradado

por los vertidos de un conducto submarino que desemboca junto al puerto, proponen transplantar la pradera de Posidonia y concluyen que "sería difícil encontrar en todo el litoral un lugar donde el impacto ambiental sea tan restringido", informa Jaume Ferrer. La lucha continúa.