"FNAC aporta los mejores resultados del grupo en España"
"La burbuja inmobiliaria condiciona nuestra expansión en este mercado", dice el ejecutivo
El grupo Pinault-Printemps-Redoute (PPR), que en España es conocido sobre todo por sus almacenes Conforama y FNAC, los primeros, dedicados a la gran distribución de productos para el hogar, y los segundos, destinados al ocio, conoció en el 2002 un ejercicio al alza -un incremento del 8,2%- y parece estar sorteando la crisis del 2003 con gran firmeza. Serge Weinberg, presidente del directorio de PPR, nos habla de ello.
Pregunta. ¿Cuáles son los indicadores de los primeros cinco meses del año?
Respuesta. En España, los resultados son excelentes, hemos crecido un 11,8% en esos cinco primeros meses. Nuestro servicio de venta a distancia, bajo la marca La Redoute, ha conocido por fin su despegue, con progresiones del orden del 50%, gracias a un mayor conocimiento de las particularidades del consumidor español. Hemos acertado a poner el acento en determinados productos...
"Nuestros resultados en España son excelentes y si no fuera por el precio de los locales abriríamos otros seis FNAC y algunas decenas de Conforamas"
"Queremos explotar directamente nuestras grandes marcas y que el sector del lujo nos aporte pronto el 15% de la facturación total"
P. ¿Cuáles?
R. ¡No querrá que devele el secreto a la competencia! En España la venta a través de Internet tiene aún poca incidencia -un 3% del catálogo de La Redoute-, pero crece muy rápido. En EE UU puede llegar a suponer el 25% para ciertos productos, pero en España, en 2003, si la facturación ronda los 20 millones de euros ya nos daremos por satisfechos. Los almacenes FNAC, aunque sólo son 8 en España, están en Barcelona (3), Madrid, Valencia, Zaragoza, Alicante y Oviedo, son los que representan la facturación más importante del grupo PPR en España, con 241,4 millones de euros, más del triple de lo que suponen los 9 almacenes Conforama.
P. En las grandes ciudades francesas la FNAC tiene más de una tienda, pero en España eso sólo se da en Barcelona y en otras grandes ciudades como Sevilla, Bilbao, A Coruña, etc. la enseña no está presente. ¿Por qué?
R. Cuando PPR se planteó su expansión hacia el sur, hacia Italia, España y Portugal, los estudios de mercado nos indicaban que en España había lugar para cinco o seis tiendas más de las que la FNAC posee hoy, pero también nos señalaban que la inversión en Portugal era muy arriesgada. Lo cierto es que España responde a las expectativas, Portugal las supera ampliamente, mientras que Italia queda un poco por debajo de las mismas.
En el caso español, la prudencia es obligada por razones de orden inmobiliario. En un momento de crisis eso es aún más cierto y hay que evitar quedar atrapado por la burbuja de la especulación inmobiliaria. Cada mercado tiene sus particularidades y tu implantación depende tanto de los aciertos de tu estrategia como de la capacidad de resistencia de la concurrencia. Y hay otros factores, como el hecho de que la FNAC fuera una marca conocida para españoles y portugueses antes de que nosotros abriésemos nuestras primeras tiendas, pero la marca era mucho menos popular en Italia.
Pero volviendo a su pregunta: si en Madrid no hemos abierto otros locales se debe a que el precio del suelo encarece demasiado la operación. La realidad del mercado español es que, de no existir ese temor al desplome de los precios del inmobiliario, ofrece posibilidades para cinco o seis almacenes suplementarios de la FNAC y algunas decenas de Conforamas.
P. Están centrándose en la gran distribución y lujo, abandonando su división profesional. ¿Por qué?
R. En el futuro inmediato el lujo debiera pesar un 15% dentro de PPR. Es un sector que tiene un gran potencial, que deja un margen de beneficios más que considerable, pero que hay que trabajar de manera coherente. Por ejemplo, Yves Saint-Laurent es una marca mal explotada, que carece de una red de almacenes propios. Cuando aceptas recurrir a vender tu marca y dejar que los otros fabriquen, bajo licencia, tus productos, no sólo corres el peligro de dejar que la imagen de la marca se degrade, sino que admites conformarte siempre con un margen de ganancias relativamente modesto.
P. Su inversión en Gucci les ha creado muchos problemas: legales frente al grupo concurrente LVMH, económicos debido a una situación en la que se suman un euro sobrevalorado, la crisis turística tras la guerra en Irak y la neumopatía atípica, y de gestión debido a la dependencia de Gucci respecto a su estilista Tom Ford.
R. El primer trimestre no ha sido bueno para el lujo, pero la situación sólo puede mejorar, pues es difícil que vuelvan a coincidir en el tiempo tantos factores negativos.
P. Muy a menudo se habla también de la fragilidad de las grandes marcas frente al fenómeno masivo de la falsificación.
R. Es un problema de difícil cuantificación. Nadie sabe cuántos clientes reales perdemos las grandes marcas por las falsificaciones, pues quien compra estas últimas, pagando precios muy inferiores a los de los productos auténticos, no está claro que estuviese dispuesto a desembolsar la cantidad que vale la calidad de una marca prestigiosa. Y tampoco veo cómo puede calcularse el daño que nos hacen las copias de mala calidad, que sin duda desprestigian un poco al original, pero también lo magnifican, pues una copia, una falsificación, no deja de ser un homenaje que el vicio le rinde a la virtud.
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