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Arcelor calienta sus motores

El líder del acero se redimensiona y reduce su deuda a la espera del cambio de ciclo económico

Arcelor quiere estar lista para remontar el vuelo. El mayor fabricante mundial de acero, resultado de la fusión hace 19 meses de la luxemburguesa Arbed, de su ya entonces filial española Aceralia y de la francesa Usinor, acelera las sinergias de la fusión, reduce su deuda con los ingresos de las desinversiones programadas y trata de sostener sus precios a la espera de que repunte el ciclo económico.

Ha adquirido un tren de laminación, el 49,9% de la italiana San Zeno, y ha creado con Umicore una filial de comercialización de metales no ferrosos

Arcelor cotiza ya al alza en las Bolsas. En tres meses su capitalización se ha incrementado en un 36%, los frutos de su reestructuración tras la fusión de los tres grandes grupos que la conforman y los primeros indicios de un cambio de ciclo en su actividad. En Estados Unidos los precios siderúrgicos han empezado a repuntar. Y el atisbo de que el año próximo se materialice la varias veces postergada recuperación de la economía internacional ha hecho que los inversores vuelvan la mirada sobre los valores cíclicos. La OPA hostil de la canadiense Alcan sobre la francesa Pechiney, en el mercado del aluminio, se ha sumado a una tendencia alcista en el sector de las materias básicas en las últimas semanas, y ha abierto la espita de las conjeturas sobre futuros posibles movimientos corporativos en la industria metalúrgica.

Óptimas condiciones

Con una capacidad de producción de 43,5 millones de toneladas de acero -el doble que su inmediato competidor-, presencia industrial en 60 países y una plantilla de 110.000 trabajadores -de los que 16.750 están en España, de ellos el 44,78% (7.500) en Asturias-, Arcelor, líder mundial del sector del acero, se encontraría así en óptimas condiciones para aprovechar un cambio en el ciclo económico, que, según creencia generalizada, no debería postergarse más más allá de fin de año.

Arcelor ha sido, de todos los valores metalúrgicos, el que ha tenido, en lo que llevamos de mes, una reacción más fulgurante. A ello ha contribuido no sólo una expectativa más favorable a medio plazo del entorno económico, sino las circunstancias intrínsecas de la propia compañía. Guy Dollé, presidente de Arcelor, anunció hace unos días en París que el grupo, a resultas de la fusión, está obteniendo sinergias muy superiores a las previstas: el año pasado obtuvo por este concepto 190 millones de euros, 70 millones más de los programados, y en el primer trimestre del presente ejercicio ha logrado otros 120 millones de euros, el 40% del objetivo total del año.

Están pendientes aún los cierres programados para los próximos seis años de cinco instalaciones de cabecera en factorías de Bélgica, Francia y Alemania, situadas lejos de la costa.

Dollé confirmó también que Arcelor espera lograr 400 millones de euros por la venta de la planta asturiana de su filial Perfrisa, la factoría de Plum Plastiques y un pequeño negocio de comercio de materias primas. Otros 150 millones los generará por las desinversiones a que se ha visto obligada por las autoridades europeas de la competencia para que se autorizara la fusión de Arbed, Aceralia y Usinor. Estos recursos y otros fondos los destinará a reducir su endeudamiento, por un importe de 700 millones de euros, lo que contribuirá al fortalecimiento financiero del grupo.

"No están previstas operaciones de adquisición", señaló un directivo de Arcelor, aunque la OPA que acaba de lanzar, en el ámbito de aluminio, Alcan sobre Pechiney ha "recalentado" al conjunto el sector metalúrgico por un efecto de contagio, en la expectativa de que pudieran producirse otras operaciones corporativas en el ámbito de la gran industria.

Arcelor acaba de completar hace dos semanas la compra de un tren de laminación de Pallanzeno y se hizo con el 49,9% de la acería de San Zeno, en Italia, y cinco días más tarde pactó con el grupo Umicore la creación de una filial conjunta para comercializar metales no ferrosos. Pero la estrategia del líder mundial del acero se dirige más a establecer alianzas con otras compañías que a realizar tomas de participación, en un sector que sigue muy atomizado. Sus proyectos de compra de factorías en México y Polonia han quedado descartados o aparcados. Su estrategia pasa ahora fundamentalmente por fortalecer acuerdos, como el de intercambio de tecnología que mantiene con el fabricante japonés de acero Nippon Steel.

China y el automóvil

Pero el sector siderúrgico aún no ha superado todos los inconvenientes. Este año el grupo podría empeorar sus resultados por la caída de ventas, no sólo atribuible a la atonía de algunos de sus principales clientes -caso de la industria automovilística-, sino también al poteccionismo arancelario de Estados Unidos y al cierre del mercado chino, el primer importador del mundo. Numerosos fabricantes del Este europeo y de países emergentes que tenían en China su principal mercado están dirigiendo sus producciones hacia Europa recurriendo al dumping (precios bajos). Arcelor ha decidido mantener los precios aun a costa de perder volumen de ventas.

En el caso de su filial española, Aceralia, de la que Arcelor posee el 95,03%, los resultados del segundo trimestre, que se harán públicos el día 28, serán necesariamente inferiores a los 31,2 millones de euros de beneficio neto de los tres primeros meses, a causa de la caída de ventas, pero también de la huelga de trabajadores de empresas subcontradas que paralizó las plantas asturianas -las únicas integrales- durante 18 días en mayo y junio.

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