Música por la reconciliación

Los Encuentros Étnicos de la Sierra Sur, Etnosur 2003, que finalizan hoy en Alcalá la Real (Jaén), se han convertido en una plataforma para la reconciliación de israelíes y palestinos. Y todo gracias al grupo Sheva, una formación nacida en 1997 en las montañas de Galilea y que incorpora en sus filas músicos judíos y árabes.

"Queremos demostrar que todavía existe una voz importante en Israel, la de los árabes y judíos, que quieren y confían en la paz", aseguraron ayer, poco antes de actuar en el recinto de Etnosur, los siete componentes de Sheva.

Con una combinación de textos bíblicos, sufíes y la introducción de ruegos por la paz en Oriente Medio, la música de Sheva está inspirada en las raíces de las culturas hebreas y árabes y en culturas tribales. Parte de su exotismo tiene que ver con la diversidad de instrumentos que utilizan , desde percusiones árabes tradicionales al guinbery (instrumento de cuerda marroquí).

"Nuestra forma de tocar y el estilo de nuestra poesía son los frutos de la mezcla de raíces", indicaron Udi Ben Ari, Mosh Ben Ari y Gil Ron Shama, tres de sus miembros. Y añadieron: "Respetamos las diferencias y celebramos la simple y llana verdad de la vida: aspirar al amor, la paz, la salud y la armonía".

La presencia de Sheva ha sido una de las notas destacadas de la séptima edición de Etnosur, que hoy concluye con la actuación y el homenaje a uno de los músicos del jazz más importantes del último medio siglo, Joe Zawinul, líder del grupo Zawinul Syndicate a sus 71 años. Etnosur ofrece a los visitantes un viaje por las etnias de todo el mundo en poco más de 10.000 metros cuadrados.

Músicos y artistas de más de 20 países se han dado cita en este festival que, al contrario de la gran mayoría, intenta huir de las masas y adueñarse de un estilo propio. "No es un festival de grandes nombres, pero sí de grandes artistas, y queremos que el público lo sienta como algo propio", asegura Pedro Melguizo, director y creador de este evento intercultural que ha trascendido el ámbito local y regional para ser ya una referencia del mestizaje más universal.

El crecimiento de Etnosur ha sido constante en los últimos años. Los organizadores prevén que esta edición lo visiten más de 30.000 personas, casi el doble de la población de Alcalá la Real, que ha convertido este festival en su mejor embajador en el exterior, como reconoce su concejala de Cultura, Ana Cortecero. Además de la música, en Etnosur cobra igual importancia el resto de actividades culturales: actuaciones circenses, cuentacuentos, un zoco de artesanos con más de 60 puestos o los talleres sobre artesanía, sowftware libre, danzas brasileñas o narración oral. Todo ello sin olvidar su prestigioso foro de debate, centrado este año en la situación de los pueblos de América Latina, la proyección moderna del budismo y el estado y conservación de los mares y océanos.

Por él foro ha pasado, entre otros, Margarita Zapata, representante durante años del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Europa y nieta del histórico general que lideró la revolución.