Las obras del nuevo túnel de cercanías causarán el caos circulatorio en Atocha

Las obras del nuevo túnel que unirá las estaciones de Atocha y Chamartín provocarán, según los expertos consultados, entre 3.000 y 4.000 metros cúbicos de escombros diarios. Este enorme volumen de tierras tendrá que ser transportado en camiones hacia los vertederos. Cada camión puede transportar un máximo de 10 metros cúbicos, por lo que será necesario que cada día entre 300 y 400 volquetes se acerquen hasta la "boca de ataque de la obra". La apertura de este túnel se ubicará en la plaza de Carlos V. La oposición municipal augura el "caos circulatorio".

El nuevo túnel que unirá las estaciones de Atocha y Chamartín para descongestionar el actual túnel de la risa (el que discurre bajo la Castellana) partirá de la plaza de Carlos V y atravesará la Puerta del Sol, Alonso Martínez, Nuevos Ministerios y Chamartín. Para llevar a cabo esta gigantesca obra, los técnicos del Ministerio de Fomento emplearán una tuneladora del tipo TDM (con un diámetro de excavación de 9,38 metros) que socavará el centro histórico de la ciudad.

Pero estos ingenios mecánicos que horadan el subsuelo expulsan una enorme cantidad de escombros. Según la página web de la Comundiad de Madrid (www.madrid.org/metro/tecnología), las tuneladoras del metrosur llegaron a colocar "30 anillos" en un solo día. Un anillo es el arco -de más de nueve metros de diámetro y 1,5 metros de profundidad- que producen las tuneladoras a su paso y que luego se refuerza mediante dovelas para convertirlo en un túnel.

4.000 metros cúbicos

Los expertos independientes consultados ayer indicaron que una tuneladora del tipo TDM puede originar, al máximo de su capacidad, unos 4.000 metros cúbicos de tierra al día. "Como un camión puede transportar unos diez metros cúbicos de tierra, harán falta 400 camiones para sacar al exterior los escombros que generen las obras", vaticinan.

"La boca de ataque de la obra [lugar por donde se introducirá la tuneladora] estará situada en la plaza de Carlos V. Por ahí deberán extraer los escombros que se generen", señalaron estos expertos.

Para el diputado socialista Modesto Nolla, "la falta de estudio de impacto ambiental [el Ministerio de Medio Ambiente eximió a la obra de este trámite] provocará graves problemas ecológicos: por ejemplo, ¿dónde echarán los escombros?". El parlamentario añade: "Pero éste no es el único problema medioambiental o ciudadano que los trabajos provocarán. No quiero ni imaginarme el caos circulatorio que se producirá si 400 camiones cargados de tierra cruzan cada día la glorieta de Atocha". Nolla cree que la única posibilidad que tiene Fomento para evitar este previsible caos de circulación es sacar los escombros a través de la estación de trenes de Atocha. "Pero esta solución también es inviable, porque colapsaría la estación. Si ya de por sí Atocha está casi al máximo de su capacidad, la llegada de más trenes cargados de tierra sería el desastre absoluto", afirma el diputado.

Por su parte, Inés Sabanés, concejal de IU, explicó ayer que su formación política había presentado un escrito ante la Subdirección General de Impacto Ambiental "para que todas las obras sean paralizadas hasta que no haya declaración de impacto". "Es una irresponsabilidad absoluta eximir de la declaración de impacto una obra de estas dimensiones, porque se generarán decenas de miles de metros cúbicos de escombros que serán llevados a vertederos no determinados. El caos circulatorio en Atocha está asegurado", coincide.

La concejal cree que, "dada la magnitud del proyecto, habría que haber informado a los vecinos. "Todo el proceso es una irresponsabilidad total", concluye.