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Los sindicatos denuncian a la cárcel de Villena por explotar a los presos

Las centrales dicen que se producen jornadas abusivas y sueldos bajos

Las secciones sindicales de UGT, CC OO y ACAIP denunciaron ayer las abusivas condiciones laborales de los presos de la cárcel de Villena ocupados en los tres talleres de producción de este centro abierto hace ahora un año. Los portavoces de las tres centrales tildaron la situación laboral de los internos de "régimen de explotación", con maratonianas jornadas y sueldos inferiores al salario mínimo interprofesional. Tomás Sanmartín, director de la prisión, rechazó la acusación y aseguró que los trabajos de los internos se ajustan a la legislación penitenciaria.

La reinserción social de la población reclusa de la cárcel Alicante II, en Villena, era una de las prioridades de la dirección del cuarto centro penitenciario de la Comunidad Valenciana, que oficialmente inauguró el 7 de julio de 2002 el entonces ministro de Interior, Mariano Rajoy. La cárcel se dotó de cuatro talleres productivos de trabajo, de los cuales sólo están en funcionamiento tres: dos de plásticos y uno de carpintería.

Un año más tarde, los sindicatos no sólo cuestionan la eficacia de los talleres, sino que, además, denuncian las abusivas condiciones laborales de los internos. "Los talleres de trabajos sólo sirven para que los empresarios locales desvíen su producción conscientes de los bajos costes, al no pagar Seguridad Social, ni gastos complementarios y, sobre todo, por el bajo precio de la mano de obra", dijo, Miguel Ballester, de ACAIP. "En dos de los talleres, los internos trabajan a destajo, con jornadas semanales de más de 40 horas a cambio de unos 300 euros mensuales. En el tercero, les pagan a 2,82 euros la hora", añadió.

Los representantes de las secciones sindicales anunciaron que, a partir de septiembre, desvelarán nuevas irregularidades de las condiciones laborales de los internos de la prisión de Villena y anunciaron que denunciaran los hechos a los tribunales. "El régimen de explotación no afecta sólo a los internos de los talleres, sino al conjunto de presos encargados de los servicios generales de la cárcel", dijo José Luis Guerrero, de UGT.

El director de la cárcel fue tajante a la hora de rechazar cualquier irregularidad laboral en los talleres de producción del centro: "Los presos, que trabajan para computar pena, están dados de alta en la Seguridad Social y contratados de acuerdo a la legislación penitenciaria". "También los salarios y jornadas laborales se ajustan a la legalidad. A nadie se le paga por debajo del salario mínimo interprofesional", añadió. El máximo responsable de la prisión defendió los talleres: "Cumplen una doble función: crear el hábito laboral al interno y, además, la posibilidad de ayudar económicamente a su familia desde la prisión". Sanmartín rechazó que los talleres de la cárcel supongan una competencia desleal, en plano laboral, en el marco de la actividad económica de la comarca.

Masificación e inseguridad

Además de las supuestas anomalías en los talleres de trabajo, los sindicatos presentaron ayer una catarata de denuncias sobre otras tantas carencias de la cárcel de Villena. La primera es la inseguridad, derivada de la masificación -la cárcel está concebida para 725 internos y en la actualidad alberga a 1.100 presos- y la falta de funcionarios: "La vigilancia interna está en precario: dos funcionarios para un módulo que acoge a unos 174 presos", dijo Guerrero, de UGT. Según las centrales sindicales, sólo se han cubierto 400 de las 725 plazas de funcionarios.

La precariedad de medios lleva, según los sindicatos, a aumentar los incidentes: en un año, la prisión ha acumulado dos intentos de motines, tres tentativas de apuñalamiento y 11 agresiones a funcionarios.

El director discrepa de este análisis, a su juicio exagerado, de los sindicatos sobre la seguridad en la prisión: "No hay masificación, porque nunca se ha sobrepasado el índice de 1,2 presos por cada una de las celdas residenciales. Y en cuanto a la plantilla, estamos al 92%".

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