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VISTO / OÍDO
Columna
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Putillos

En una página del diario, la cifra de los niños explotados en el mundo: 246 millones. La siguiente relata las hambrunas, las enfermedades de malnutrición. No parece que se relacionen las noticias: y es una sola información. Puede unirse también la información de la visita de Lula: Brasil es uno de los países con más proporción de "niños de la calle". No tengo, claro, ninguna confianza en que este hombre pueda resolver ese daño: tendría que acabar con toda la pobreza. Hoy es un "izquierdista bueno". Me importan poco todos ellos: un bledo. La cuestión moral es que los niños están explotados: de todas las maneras posibles. En Camboya, leo, 200.000 hombres blancos acuden cada año hacia la prostitución de los niños. Ah, parece que se cita más a los varoncitos y se les fotografía: tengo la sensación de que lo que se refiere a las hembritas parece como "más natural". Una pareja amiga quiso pasar a Turquía por una frontera rural y un piquete turco les detuvo: les dejaría vivos si uno de ellos se dejaba violar: el que aceptase. Decidieron mis amigos que más natural era la mujer. (No inculpo: ¿qué harían ustedes?). Las mujeres que quieren probar sexo suelen ir al África negra, o a visitar a los proclives árabes: hay leyendas, o realidades, sobre los tamaños enfáticos. Vi en tiempos a las "suecas" buscar pescadores en el Sur español, o gitanos. En otro país, africano y árabe, los que desembarcaban se veían asediados por niños pequeños: "Tengo hermanita... pequeña, pequeña"; al gesto de desagrado, aclaraban: "También tengo hermanito... ¿No te gusto yo?". Supongo que a la policía no le importa eso: están permitidos los varoncitos, y vi a un juez inglés, en época colonial, absolver a un pederasta porque no había hecho más que "seguir las costumbres locales".

Suelo molestar mucho cuando digo que prefiero un niño explotado, soldado, putillo, que un niño muerto por hambre o por las enfermedades de la mala nutrición. Reconozco que es una vieja moral mía: a la exhortación de "Más vale morir en pie que vivir de rodillas" yo respondía que más vale vivir de rodillas para levantarse un día, bien alto. El muerto no defiende a los otros, ni a sí mismo.

Esa pobreza forma parte de nuestra riqueza: sólo hay, digamos, una cantidad y está repartida así. La idea de Lula y de la elegante izquierda londinense de que fortaleciendo los cultivos, la fauna, las materias primas del mundo perdido se podrán salvar, es inútil: iremos nosotros y se la quitaremos. Lo vemos cada día: aunque en noticias distintas.

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