El golpista Ríos Montt podrá aspirar a la presidencia de Guatemala
En un fallo apretado de cuatro votos contra tres, el Tribunal Constitucional de Guatemala dio luz verde ayer a las aspiraciones presidenciales del ex dictador Efraín Ríos Montt, de 77 años, y ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE, máxima autoridad en la materia) su inscripción como candidato a las elecciones a la primera magistratura del país, previstas para el próximo mes de noviembre.
El dictamen del Constitucional ha sido calificado por juristas independientes como "una aberración jurídica", y añade leña al encendido año electoral que se vive en este país centroamericano. "Es condenable que se haya violentado el orden constitucional, con un fallo que contradice lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia y el TSE", comentó el presidente del Colegio de Abogados, Gabriel Medrano.
"La inscripción de Ríos Montt equivale a un golpe de Estado", dijo Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz en 1992. En declaraciones al periódico Prensa Libre, el más influyente de Guatemala, el empresario Dionisio Gutiérrez comentó que la decisión del Tribunal Constitucional "hace un daño irreparable a la institucionalidad del país". Añadió que la vuelta a la práctica del fraude electoral es ahora un peligro mayúsculo.
Tribunal bajo sospecha
La actual composición del Tribunal Constitucional hacía previsible el fallo a favor de Ríos Montt. De los siete magistrados que deberían emitir sentencia (cinco titulares y dos suplentes), los cuatro que votaron a favor del ex dictador son sobradamente conocidos por sus vinculaciones con el viejo general. Guillermo Ruiz, presidente del Tribunal, fue ministro del Interior al iniciarse el Gobierno de Ríos Montt. Francisco Palomo es diputado del partido gubernamental en el Parlamento Centroamericano. Manuel Flores fue el Registrador (único) de la Propiedad -uno de los cargos más apetecidos por los ingresos multimillonarios que genera y, en consecuencia, se otorga a los íntimos de los jefes del partido oficial-. A ellos se suma el representante de la Universidad Nacional de San Carlos, Cipriano Soto.
La Constitución guatemalteca prohíbe a los jefes de golpes militares aspirar a la presidencia de la República. Ríos Montt llegó al poder en 1982, tras derrocar al también general Romeo Lucas García. Durante sus 17 meses al frente del Gobierno (desde el 23 de marzo de 1982 hasta el 8 de agosto de 1983), Guatemala vivió una de las etapas más violentas de la guerra civil que ensangrentó su suelo durante 36 años con el trágico resultado de 250.000 muertos o desaparecidos.
Como consecuencia de su política de tierra quemada, que literalmente borró del mapa más de 500 aldeas y caseríos, Ríos Montt está acusado ante la justicia española por el delito de genocidio.
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