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Reportaje:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN

Cereales a la medida

Las estrellas estadounidenses, que llegan hoy, tienen planificado hasta el menor detalle de su estancia en Barcelona desde hace tres meses

Robert Álvarez

Cuando Michael Phelps abra hoy la puerta de la habitación doble en que se alojará en Barcelona, no se encontrará con ninguna sorpresa: 42 metros cuadrados, dos camas de 1,50 metros de ancho por 2 de largo, agua mineral, fruta... Cuando el prodigio de la natación mundial baje a la planta de recepción, donde están los restaurantes, tampoco echará en falta las variedades de cereales predilectas de los deportistas estadounidenses. Los responsables del hotel de residencia escogido por los americanos conocen desde hace tres meses los requisitos del equipo de Estados Unidos, que precisamente comparte albergue con la selección española. En este caso, a las tres variedades habituales de cereales que se ofrecen en el hotel se han agregado dos tipos más, uno light y otro integral. Son algunos de los requisitos que pidieron los directivos del equipo americano que se desplazaron expresamente a Barcelona el pasado mes de abril con el objetivo de perfilar hasta el menor de los detalles. No dudaron en acudir a cuatro supermercados para conocer de primera mano si en la sección de cereales encontraban lo que buscaban, más que una marca determinada, varieades que no contuvieran azucar.

Para la elección del alojamiento visitaron diez hoteles y, según Francesc Solé, director del Fira Palace, se decantaron por este establecimiento básicamente por su proximidad con las instalaciones de los Mundiales y por las características de las habitaciones.

Los nadadores estadounidenses, acostumbrados al horario y a la disciplina universitaria, tienen normas tan estrictas como la que fija que a las diez de la noche deben estar en la cama. Muchos de ellos se levantan antes de las seis de la mañana, como suelen hacerlo en sus universidades. Tienen un código de conducta que les obliga, a todos sin excepción, a presenciar todas las pruebas en las que Estados Unidos esté representado, aunque no sean ellos quienes naden, y a estar todos presentes en las dos reuniones de equipo que se celebran cada día. "No se trata de ningún aspecto individual. Son charlas en las que se fortalece la moral del equipo y que ayudan a que los nadadores se concentren de manera positiva", cuenta uno de los directivos estadounidenses desde Narbona. "Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Sydney los australianos empezaron muy bien. Pero no nos desmoralizamos, supimos ver los aspectos positivos de nuestra actuación y al final acabamos haciendo más medallas que ellos".

La planificación estadounidense persigue como objetivo final que sus nadadores "encuentren las condiciones más parecidas posible a las que tienen cuando se entrenan con sus universidades o con la selección". Todos los nadadores del equipo estadounidense firmaron un "Código de honor", se comprometieron a participar en una concentración que tuvo lugar en Colorado Springs el pasado mes de abril, también en la que hoy concluye en Narbona, además de subordinar todos sus contratos comerciales y de patrocinio a la Federación de Estados Unidos, excepto aquellos que conciernen a las gafas y a los bañadores.

El dispositivo de seguridad de la selección estadounidense es uno de los aspectos en que más se ha trabajado durante los últimos meses. Por sus características especiales, será mayor que el que se dispensa al resto de equipos. Nada ha quedado a la improvisación. De hecho, los directivos estadounidenses trabajan ya en la logística de la concentración que efectuarán el año próximo en Mallorca para preparar los Juegos Olímpicos de Atenas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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