Sanfermines 2003: sólo fiesta

Sol, música, baile, comida, calle, y bebida... Fiesta en rojo y blanco. Nada más. Apenas incidentes, sin polémicas y con la acentuada ausencia de la política. Lo único que empañó las fiestas fue la bomba que ETA colocó el sábado, y desactivó la policía anteayer, en el hotel Maisonnave.

Así se pueden resumir los Sanfermines 2003, que todo el mundo ha definido como los mejores de los últimos años. Hasta lo más incontrolable, la meteorología, ha respondido cada día. El sol y el calor han predispuesto a todos a salir a la calle a disfrutar; se han convertido, siendo materialista, en invitación al consumo. Y es que la recuperación provisional de la plaza del Castillo y el buen tiempo ha permitido una ocupación sensible de sus tocados hosteleros.

En cuanto a los encierros, estos se han saldado con los habituales heridos -la cifra no ha sido excesiva- pero el estado de uno de ellos es preocupante: Fermín Echeverría, herido el día 8 está aún en coma. El fin de semana, con la impresionante muchedumbre, la carrera vivió, de nuevo, muchos momentos de nervios y tensión.

Pero, para no llegar al diez, las fiestas han tenido algunos lunares. El aumento de los robos ha superado ampliamente las cifras de pasadas ediciones, y en tono menor, más de uno se ha quejado de la fuerte subida de los precios en el sector hostelero.

Mirando al futuro, un acto parece resurgir. El pasado día 6 más de cinco mil personas, organizadas por una asociación de mayores, protagonizaron su particular Riau-riau, que cada año atrae a más gente. Empieza a comentarse que, diez años después de su desaparición, el acto podría volver a ser oficial. Ya falta menos para el próximo vals de Astrain...