El Ballet Gulbenkian lleva a Sevilla su pasión por la danza contemporánea
La compañía portuguesa actuará hoy y mañana en el Real Alcázar
El Ballet Gulbenkian llevará hoy y mañana a Sevilla su pasión por la danza contemporánea. La prestigiosa compañía portuguesa actuará, a las 22.30, en el Patio de la Montería del Real Alcázar dentro del Festival Internacional de Danza de Itálica. "Somos un grupo hecho de personalidades muy distintas y muy fuertes", explicó ayer la directora artística del Ballet Gulbenkian, Iracity Cardoso.
Dos son las características fundamentales del Ballet Gulbenkian, según su directora artística: "la diversidad del repertorio contemporáneo y la gran fortaleza del grupo". La compañía portuguesa "no está compuesta por dos figuras", sino que su energía radica en la potencia colectiva de sus integrantes.
Fundada en 1965, la compañía portuguesa se centró en sus primeros años en los bailes del repertorio tradicional. El Ballet Gulbenkian se volcó hacia 1970 en la danza contemporánea. "Cuando fue creado, el Ballet Gulbenkian empezó como una compañía de repertorio clásico. Posteriormente, en 1970, todavía se hacía un poco de repertorio clásico porque si no, no había otra compañía que lo hiciera. Se empezó gradualmente a abandonar el repertorio clásico para hacer danza moderna", señaló Cardoso. La revolución de los claveles aceleró el proceso a mediados de los años setenta. "En 1975, la compañía abandonó totalmente el repertorio clásico", agregó la directora artística del Ballet Gulbenkian.
La compañía portuguesa hace hincapié en "la diversidad del repertorio y de estilos". "Muchas técnicas son utilizadas por los bailarines, como movimiento, acción teatral, acción verbal...", comentó Cardoso. Las obras que presenta el Ballet Gulbenkian son Cantata, una coreografía de Mauro Bigonzetti estrenada en Oporto en junio de 2001, y Minus 7, obra de Ohad Naharin estrenada en junio de 2002.
"[Cantata] trata sobre dos antiguas culturas, sobre la eterna relación hombre-mujer. Es la mujer, enérgica y apasionada, la que se erige como el personaje principal, porque imagino este ballet situado en un paisaje de la posguerra de 1945, cuando aún se le negaba su aspiración al derecho de voto", afirma Bigonzetti.
Minus 7 es un compendio de fragmentos de Zachacha, Sabotage Baby y Anaphaza e PassoMezzo, rehechos y adaptados a las características de los intérpretes del Ballet Gulbenkian.
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