La sede del BBVA muestra los murales restaurados de Arteta
Madrid acaba de ganar un museo de pintura mural y vidrieras cuya belleza incorpora la particularidad de exhibirse en una sede bancaria. Son los 12 murales recién restaurados surgidos de los pinceles y el temple del vasco Aurelio Arteta, bajo el nombre El Esfuerzo, que desde 1923 decoran el zaguán columnado en alabastros de la sede del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), en Alcalá, 16.
Una gran vidriera polícroma techa el zaguán de la sede bancaria que acoge los murales de Arteta (Bilbao 1879-La Habana 1940). Fue realizada entonces, en 1923, por la casa Maumejean y acaba de ser rehabilitada.La supervisión artística ha corrido a cargo de Javier Barón, especialista en pintura de los siglos XIX y XX en el Museo del Prado y de Antonio Sánchez Barriga, responsable asimismo de la rehabilitación de la cercana iglesia de las Calatravas, florón barroco madrileño.
Los murales de Aurelio Arteta representan alegorías del trabajo, desde la actividad minera, a la del campesinado, más el frenesí en los astilleros y los peligros yacentes en el mar. Su conjunto, remarcado por columnas de alabastro entre cada escena, compone un relato épico del despliegue agroindustrial en la España del arranque del siglo XX, signado por el ímpetu emprendedor vasco.
"Las pinturas de Arteta", explica Antonio Sánchez Barriga "fueron realizadas mediante una técnica doble, al fresco y al temple a la caseína". El pintor y muralista, que se había formado en Valladolid, París y Roma, fue amigo de Quintín de la Torre, escultor cuyos atlantes de mármol decoran la singular fachada cóncava del edificio del banco, hoy también museo, obra de Ricardo de Bastida. La fachada desafía retadoramente a los otros áticos madrileños con dos enormes cuádrigas y sus aurigas, fruto del cincel de Higinio de Basterra.
Fueron fundidas con 25 toneladas de cobre, bronce, plomo y hierro; se apoyan sobre sendos aljibes y muestran todo su esplendor, tras ser también restauradas en una fase inicial de la actuación, con un presupuesto de nueve millones de euros. Asimismo, el arquitecto Joaquín Lizasoain rehizo la circulación interior del edificio e integró en un continuo con patios traslúcidos las cuatro fincas que ocupa la sede del banco, hoy museo abierto al público.
Figuras musculosas
El Esfuerzode Aurelio Arteta sigue un relato iconográfico dispuesto circularmente en pos de una representación del ideal de la manera vasca de ser, concebida por el artista como compendio de abnegación, tenacidad e idealismo. Envueltas en una cromática de tonos arenosos, encajada por perfiles de nítida traza, las figuras musculosas y sobrias de Arteta adquieren una presencia desde la que se intuye, en clave aún muy humana, ese lenguaje de volúmenes que trajo consigo el cubismo.
El carácter de canon que esta obra alcanzó en el imaginario madrileño es patente todavía hoy; Arteta había estampado sobre ella una impronta tan humanizante que la transformó, más allá de su dimensión laborante, en símbolo de lo vasco en su conjunto. Y ello durante más de media centuria. En El Esfuerzo, delicadamente restaurado ahora, Arteta trasciende el estrecho ámbito del costumbrismo vascuence; lo hizo, según reconoce Javier Barón, "para aproar su aparejo hacia una modernización espoleada por los artistas vascos tan en contacto ya, en los años veinte, con las vanguardias europeas". Su modernización consumó el tránsito del universo rural casero hacia el naciente magma fabril.
Con inocencia, pues, Arteta convirtió el zaguán de la institución bancaria en una suerte de manso útero donde, armoniosamente, capital y trabajo coexistían, bien lejos de los conflictos que reñirían con el avance del siglo XX; -el autor murió exiliado tras la guerra civil. Todo refulge bajo el fanal de una vidriera de transparentes gajos, que iluminan la obra del artista vasco así recobrado, de modo definitivo, para Madrid.
El Esfuerzo, de Aurelio Arteta y la cúpula son visitables los días laborales entre las 9.30 y las 14.15 en la sede del BBVA. Alcalá, 16.
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