_
_
_
_
EL ENREDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Clase de 'elecho'

A pesar de haber estudiado diez años religión, a pesar de la primera comunión y la confirmación, a pesar de la misa de jueves y la catequesis, nunca logré aprenderme los siete pecados capitales, lo que no me ha impedido practicarlos a destajo, prueba de que fuera de la escuela también se aprenden cosas útiles. Todavía hoy se me cruzan los cables al recordarlos, y me salen envidia, soberbia, lujuria, rubidio, cesio y francio. Del séptimo, ni idea; seguramente, Crónicas marcianas.

Si eso me pasó a mí, que sólo tenía a Gaby, Fofó y Miliki para distraerme, qué no les pasará a los niños de hoy, que consumen tres horas de televisión diarias, se manejan con la play-station y chatean con el móvil sin tiempo para interesarse por lo trascendente: "Mamá, ¿quién fue Mickey Mouse?".

¿El único debate político sobre educación es por las clases de religión y del hecho religioso? Los críos la llamarán 'elecho'

Tras una década de revolución tecnológica, después de un cambio planetario que ha removido nuestras vidas, se hace una reforma educativa para insistir a los niños en que la pe con la a, pa, y un poquito más de religión. A veces parece que nos toman el pelo. ¿El único debate político sobre educación es por las clases de religión y del hecho religioso? (Los críos la llamarán elecho: tengo examen de elecho; a la de elecho se le marca el sostén; el de elecho es un cardo, etcétera).

Que enseñen a los críos lo que sea, pero que se lo enseñen con ordenadores conectados a Internet. En cuanto cliquen en Google "religión+guerra" y encuentren 191.000 entradas, verán cómo aprenden. España está a la cola de Europa (también) en ordenadores por hogar. Si no se invierte en conectar la escuela pública a la Red, de nada servirá una hora más de humanidades ni promover la cultura del esfuerzo ni otros chisporroteos publicitarios: simplemente, no habrá igualdad de oportunidades.

-Es bueno que los niños se planteen pronto el misterio de la vida -dijo Aznar para justificar la clase de elecho. A ver si saldrán niños de chiste de Woody Allen:

-Nena, cómete los macarrones.

-¿Para qué, papá, si tal vez Dios no exista y la existencia conduzca irremediablemente al vacío? A lo mejor, los niños se plantean el sentido de la vida, llegan a la conclusión de que no es una competición, y acaban rebelándose contra una reforma educativa pensada para abrir paso a "los mejores". Cría cuervos.

Pero sí, completamente de acuerdo: debe enseñarse cultura religiosa en la escuela. Que se explique el Corán, y que se explique y se lea la Biblia, pero que se explique para todos, no sólo para los que rechacen la clase de pecados capitales. ¿Habrá bachilleres que entenderán lo de Oriente Próximo y otros pensarán que eso se arregla creyendo en el Dios verdadero?

Si la clase de elecho es importante, lo es para todos; si no, para nadie. Hay mucho que aprender: cine, música, inglés o comunicación, que los exámenes universitarios están llenos de 'tb', 'x' y 'q.', porque los estudiantes han aprendido a abreviar, pero nadie les enseñó a sintetizar y escriben por kilómetros, como si no se hubiera inventado The New York Times hace siglos. (Envidia, soberbia, pereza, gula, lujuria, ira y avaricia; Google, 0,32 segundos).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_