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Casi 700.000 africanos que entraron en 2002 en España como turistas tampoco regresaron

Interior niega que los 1,14 millones de extranjeros que no salieron vivan irregularmente

Jorge A. Rodríguez

La cuenta de entradas y salidas de extranjeros en España siempre arroja el mismo dato: se van muchos menos de los que entran. Los datos de la Comisaría General de Documentación y Extranjería indican que además de los 464.000 latinoamericanos que llegaron y no regresaron (o al menos no lo hicieron desde España), en 2002 fueron 683.979 los africanos que hicieron lo mismo. En total, 1.146.880 personas que a saber qué han hecho. Ángel Acebes, ministro del Interior, negó ayer que todos hayan pasado a engrosar la cifra negra de la inmigración irregular.

Los datos de la policía de fronteras dan cuenta de los movimientos de extranjeros durante todo el año. Si se toma el dato global, entraron casi cinco millones más de los que salieron. "Eso es completamente imposible: ahí se incluyen millones de europeos, sobre todo británicos, que entran por aquí y salen por otro país, y los marroquíes, ya que se contabilizan todas las entradas y salidas por Ceuta y Melilla, que son miles al día", explica un experto policial.

El caso marroquí es especialmente significativo: si los datos policiales son correctos, entraron 17,82 millones y salieron 17,17 millones naturales de Marruecos, un país con 31 millones de habitantes. Es decir, se habrían quedado aquí 648.705 personas de ese país. Los marroquíes son, de hecho, el colectivo nacional más numeroso que reside legalmente en España: 282.432 inmigrantes regulares.

Claro que, para curioso, el caso argelino: los naturales de dicho país forman parte de un selecto club de 10 nacionalidades (junto a los estadounidenses o los súbditos de Arabia Saudí) de las que entraron en España menos personas de las que salieron. En 2002 entraron en territorio nacional 139.839 argelinos y salieron 147.370. "Son fundamentalmente argelinos que trabajan en Centroeuropa, que entran en coche en España para tomar los ferrys que enlazan Almería y Alicante con Orán", según fuentes policiales.

Hechas las cuentas sobre los africanos que entraron y salieron en España, las cifras son especialmente abultadas, al incluir los trasiegos transfronterizos de marroquíes por Ceuta y Melilla: ingresaron 18.065.691 personas y regresaron 1.738.712. El saldo resultante es que

683.979 africanos de 45 países entraron en territorio nacional durante el año pasado y, o se quedaron de ilegales o salieron por cualquier otro país del territorio Schengen, donde el movimiento de personas es libre una vez rebasadas legalmente las fronteras exteriores (generalmente tras llegar en avión con visado de turista).

Lo que ayer negó Ángel Acebes, ministro del Interior, fue que todos los que no salieron, fueran latinoamericanos o africanos, hayan pasado a engordar la bolsa de inmigración irregular. "La mera suma y resta en bruto de los que han entrado y salido no quiere decir que se hayan quedado aquí de ilegales todos los que no han salido", dijo tras deponer sobre terrorismo en la universidad de verano de Aranjuez (Madrid).

El ministro subrayó, refiriéndose únicamente a la cifra de latinoamericanos que vinieron y no se fueron, que muchos de ellos llegaron legalmente para quedarse y que otros muchos que lo hicieron irregularmente fueron expulsados. Acebes dio el dato de que en 2002 entraron de forma legal 214.941 personas, que se añadieron a la cifra total de inmigrantes regulares, y que otros 77.000 fueron expulsados a lo largo del año pasado. Unas 300.000 personas, en números redondos, de todas las que entraron y de las que se sabe qué fue de ellas.

Sumados sólo africanos y latinoamericanos, el número de los que llegaron y no se sabe qué fue de ellos se eleva a 1.146.880 personas, sólo en 2002 (en el año anterior también entraron y no salieron 459.782 suramericanos, sobre todo procedentes de Colombia, Ecuador y Argentina). El cálculo, en todos los casos, excluye a México, ya que el destino natural de los inmigrantes es Estados Unidos, donde las autoridades mexicanas calculan que viven ocho millones de sus conciudadanos, gran parte espaldas mojadas irregulares.

Restados los 300.000 de los que se sabe su paradero y que citó el ministro, hay otros 846.000 de los que no se sabe si están en España o no. Acebes insistió en que es prácticamente imposible conocer la cifra de irregulares e incluso de hacer un cálculo aproximado. "Por ello, con la reforma de la Ley de Extranjería pretendemos saber quiénes entran y no usan el billete de salida, para tener una visión real de la situación", dijo. Fuentes de su departamento subrayaron que la gran vía de entrada es ésta del turista que se queda al agotar el visado, mientras que el fenómeno de las pateras, pese a su dramatismo y a la tragedia humana que representa, es "el chocolate del loro" en cuanto a número de inmigrantes irregulares.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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