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El altruismo llega al Real Madrid

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Sergio Scariolo lo quiso fichar para el Real Madrid antes de que le despidieran a él. No pudo ser. Ahora, Julio Lamas, otro ex entrenador del Tau y que sabe lo que significa tener a sus órdenes a Elmer Bennett, lo ha vuelto a intentar. Y, por fin, sí. El Madrid hizo oficial ayer el fichaje del base más determinante de la Liga en las últimas temporadas, el extranjero más veterano en la ACB, tras seis años en Vitoria.

Para que esta larga historia entre Bennett y el Real Madrid se haga realidad han tenido que mediar varias circunstancias, incluida la falta de interés del Tau por renovar a su capitán, a quien las lesiones han perseguido el último año. En plenas condiciones, la categoría de Bennett es indiscutible. Es uno de los mejores directores de Europa, capaz de hacer mejores a todos sus compañeros de equipo. Sólo hay una duda en torno a él: ¿volverá a ser el de siempre?

El base de Illinois, de 33 años, ha permanecido casi en blanco en la última temporada. Sólo jugó seis partidos de Liga. Tras dar el triunfo al Tau en la Copa del Rey y ganar el trofeo al mejor jugador en la final de la Liga de 2002, recayó en la última pretemporada de una lesión en el tendón de Aquiles. Se perdió medio año de competición. Cuando regresó, sólo pudo resistir seis partidos de Liga. En una acción fortuita, intentando colocar un tapón durante un choque de la Euroliga, padeció la fractura de Bennett. Se rompió un hueso situado entre el pulgar y la muñeca, conocido también como la lesión del boxeador, y ya no ha jugado más con el Tau.

Julio Lamas, el nuevo entrenador del Real Madrid, quería formar una columna vertebral en el equipo, liderada por un base y un pívot. Tras el fichaje del letón Kaspars Kampala, reclamó a Bennett, a quien dirigió hace tres años en Vitoria. Como precaución, el Madrid obligó al base norteamericano a someterse a un minucioso examen médico hace tres semanas. Lo superó sin problemas.

En realidad, hasta este último año apenas había tenido lesiones de importancia. Bennett, espectacular en su juego, está acostumbrado a darse batacazos sin mayores consecuencias. Físicamente es un portento y a sus 33 años, Benito -como le conocen los aficionados del Tau- no ha perdido rapidez ni chispa. Su importancia dentro del equipo va más allá de las estadísticas (12 puntos y cinco asistencias de promedio). No es sólo un gran pasador, el mejor de la Liga entre 1998 y 2002. Tiene capacidad para desequilibrar, para hacer sencillo el baloncesto, y un sentido del altruismo que resulta difícil encontrar.

Ésta será la primera mudanza en seis años de Bennett, un americano con un estilo de vida muy europeo. Ya no recordaba sus tiempos en que hacía y deshacía maletas constantemente. Antes de llegar a España perteneció a 15 clubes distintos en menos de cinco años. Llegó a jugar 21 partidos en la NBA con cuatro equipos (Cleveland, Filadelfia, Houston y Denver). Nadie apostó por él, y en Europa lo han agradecido.

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