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Reportaje:

La reforma de los 'quarts de casa' de la Barceloneta

El Ayuntamiento planea rehabilitar y dignificar las populares viviendas del barrio, de 28 metros cuadrados de superficie

Blanca Cia

Una superficie de 28 metros cuadrados de vivienda -útiles- parece casi imposible que permita residir en ella. Sin embargo, es la medida de gran número de pisos del barrio de la Barceloneta, los llamados quarts de casa, que es en lo que se han convertido las casas construidas en 1753. En apenas un kilómetro cuadrado, se alinean inmuebles que agrupan aproximadamente 5.000 viviendas. La sustitución de los diminutos pisos y, sobre todo, la mejora de las condiciones de habitabilidad de los centenarios inmuebles son una vieja aspiración de los vecinos. El consistorio ha encargado un estudio de las viviendas y parcelas previo al inicio de un proceso de reforma. De hecho, se trata de una reforma ya prevista en un plan especial de 1984, pero nunca ejecutada.

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La Barceloneta fue dibujada prácticamente con escuadra y cartabón. Con las murallas que aprisionaban la ciudad y la Ciutadella al lado, las casas de la Barceloneta -bajo jurisdicción militar- se dibujaron bajas, de planta y piso, y de dimensiones pequeñas puesto que las parcelas eran de 8,72 por 7,65 metros: unos 66 metros cuadrados de planta. Fueron concebidas como casas que ahora se llamarían unifamiliares, y estaban dispuestas en agrupaciones de ocho.

A medida que el barrio crecía en población, las casas se iban transformando para acoger más residentes. Primero, hacia arriba: lo que había sido concebido como una sola casa se dividió en dos. Nació así la mitja casa. El tercer piso escaló en la primera década de 1800; el cuarto, a finales de los años sesenta del siglo XIX, y la quinta planta, un poco más tarde. También se troceó la planta: una parte de los inmuebles fue partida en dos; de ahí el nombre de quarts de casa. Éstas, además de ser de dimensiones reducidas, tienen un problema añadido: el difícil acceso a los pisos superiores.

Pero la radiografía de los pisos de la Barceloneta no es unitaria. Por eso, el primer paso para afrontar la reforma fue el encargo de un estudio y de una propuesta de intervención en los que están trabajando el despacho de arquitectura de Josep Lluís Sisternas y la empresa municipal Fomento de Ciutat Vella. De momento, una de las conclusiones es que el estado de los inmuebles es bastante desigual. "Los que todavía mantienen la planta más dos pisos de altura están mejor que los que son más altos", explica Sisternas. Esa radiografía muestra la configuración dispar de las plantas: junto a un inmueble troceado en quarts de casa se sitúa otro de mitja.

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El primer problema es que para empezar a intervenir en las viejas edificaciones hay que tener primero otras viviendas donde realojar a los afectados, y eso no ocurrirá antes de que se construyan las viviendas previstas en el Plan Especial de Cercanías. En el solar que ocupó la estación de Renfe se edificarán pisos, 200 de ellos reservados por el consistorio para realojar a los afectados por la reforma de los quarts de casa. "Si liberamos 200 de los actuales quarts podemos tener un margen de maniobra sobre unos 300 más, con lo que podríamos sustituir, en una primera fase, unos 500". Son los primeros cálculos de Xavier Casas, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, que es muy cauto en las previsiones de la intervención.

"Creemos que lo ideal sería transformar dos quarts en un mig pero, sobre todo, de lo que se trata es de dotar a las viviendas de unas mínimas condiciones de habitabilidad", continúa. Casas opina que es difícil intervenir en un número superior al 15% de los quarts de casa actuales si no existe una importante política de ayuda a la rehabilitación. "Hace falta la declaración de área especial de intervención por parte de la Generalitat para que sea la iniciativa privada la que se anime a rehabilitar a fondo, tal como ha ocurrido en otras partes de Ciutat Vella, como en el Raval", afirma Casas.

Los vecinos de la Barceloneta sostienen que lo importante es que se empiece ya a mejorar las condiciones de vida del barrio. "Un barrio en el que hace 30 años vivíamos casi 50.000 personas y ahora somos unos 15.000", dice Manuel Moscat, presidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, quien insiste en que hay muchas viviendas cerradas.

"O bien, las compran extranjeros o personas de la Barcelona alta, que pagan precios más caros que en Pedralbes. Por 28 metros cuadrados habitables en un tercer piso, sin ascensor, se han pagado 132.000 euros, cuando antes de los Juegos Olímpicos, los quarts de casa no valían más de 300.000 pesetas". Al cambio, unos 1.800 euros.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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