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El PSE facilita la elección de Rabanera en Álava pero lo condena a la minoría

El PP deberá gobernar Álava con sólo 16 de los 51 escaños de las Juntas Generales

Ramón Rabanera fue reelegido ayer diputado general de Álava con el apoyo del PSE-EE, que lo justificó en el Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades y la necesidad de frenar el plan Ibarretxe, pero le advirtió de que ahí acaba todo su compromiso y que no espere más apoyo en adelante. Rabanera tendrá que gobernar la Diputación con sólo 16 de los 51 escaños del Parlamento provincial. El PNV denunció como "un fraude" ese respaldo para evitar un gobierno nacionalista. El PP ha quedado como primer grupo de la Cámara, tras separarse EA del PNV.

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Los socialistas prestaron a Rabanera, como ya hicieron con el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), los votos mínimos imprescindibles para garantizar la derrota del candidato nacionalista y la elección del popular: sólo ocho de sus 12 representantes le votaron. El PSE esperó para hacerlo hasta la segunda vuelta de las votaciones. Entonces, tres junteros se ausentaron. De los presentes, ocho votaron al PP y uno, en blanco. Un representante de IU votó al PNV, en busca de un empate a 20 que hubiera dado el cargo a Iturritxa. Sin embargo, el resultado fue claro: 24 votos para Rabanera (PP y parte del PSE), 20 para Álvaro Iturritxa (PNV, EA y uno de IU) dos para el candidato de IU y dos en blanco (uno de UA y otro del PSE).

El secretario general y portavoz socialista en las Juntas, Javier Rojo, dijo haber hecho "lo necesario", garantizar un gobierno "que no secunde planes soberanistas". "Pero ahí acaba nuestro apoyo al PP", afirmó, para anunciar una "nueva etapa" de control político y vigilancia sobre el gobierno de Rabanera, al que apoyó en todo el mandato anterior. Rojo advirtió que su partido no practicará "el frentismo ciego" y recomendó a Rabanera que gobierne consciente de que sólo tiene 16 de los 51 escaños de las Juntas Generales. Ese abandono de Rabanera al albur de su precariedad es la respuesta de los socialistas a la negativa del PP a cederles el liderazgo de la Diputación, que Rojo reclamó con ahínco tras las elecciones, a cambio de apoyar al popular Alfonso Alonso en el Ayuntamiento. Ayer se lo recordó: "Más constitucionalismo no es más poder con nuestros votos".

El líder socialista comenzó su intervención responsabilizando a los nacionalistas por su deriva "radical y soberanista" y les acusó de la "anómala situación" que supone su apoyo al PP en Álava. El empeño del PNV en "semejante cruzada" es la razón de que el candidato más votado, el nacionalista Iturritxa, no lidere la Diputación alavesa, dijo.

Rabanera, que se convirtió en el primer diputado general que repite mandato en Álava desde la recuperación de la democracia, será durante otros cuatro años la principal valla institucional del constitucionalismo ante el plan del lehendakari. Rabanera abordó la sesión reivindicándose candidato "del primer grupo juntero", gracias a la separación del grupo nacionalista. Ahora el PNV queda como segunda fuerza, con 14 representantes, y EA, con cinco.

El diputado general entendió su elección como la prueba de que "los alaveses dicen sí al actual modelo", frente al soberanismo que propugnan los nacionalistas, igual que en 1999 "dijeron no al Pacto de Estella". Rabanera destacó que los nacionasistas han perdido posición en las Juntas frente a los constitucionalistas, al pasar de un 24-27 a un 22-29, y lo consideró la expresión de la negativa alavesa a la alteración unilateral de las normas y a la "aventura política". También criticó el "proceso uniformizador" del nacionalismo y dijo que a Álava sólo le servirá un proyecto que mejore el apoyo del 90,27% que logró el Estatuto de Gernika.

En contestación a la mano que tendió Iturritxa a la izquierda abertzale, Rabanera se presentó como la voz "de la gente que lo está pasando mal y de los asesinados; no la de quienes muchas veces han justificado esos asesinatos".

Iturritxa habla de "fraude"

El candidato nacionalista, Álvaro Iturritxa, había empezado su discurso recordando la ausencia de la ilegalizada AuB y asegurando que defenderá los intereses "de todos los alaveses, y también de aquéllos". Iturritxa entendió la investidura de Rabanera como "la ceremonia del desprecio a la voluntad mayoritaria de los alaveses", que responde "no a un pacto antiterrorista", sino a "una santa cruzada antinacionalista". El peneuvista no cuestionó la legitimidad de la reelección de Rabanera, pero la calificó de "fraude" por desbancar a la lista más votada, la coalición PNV-EA.

IU presentó a su propio candidato, José Miguel Fernández, como respuesta "a la división entre bloques". El portavoz de EA, por su parte, exigió a Rabanera que dimita si no logra un pacto de estabilidad con el PSE. El único juntero de UA se abstuvo al negarle el PP un puesto en el Gobierno foral.

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