Esquerra Republicana renuncia a la alcaldía de Berga ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con CiU

Esquerra Republicana (ERC) ha renunciado a la alcaldía de Berga (Bergadà) tan sólo tres semanas de haber accedido al gobierno municipal. El republicano Josep Xoy es uno de los primeros alcaldes que dimiten tras las recientes elecciones del 25 de mayo. La nueva situación abre el camino para que el socialista Ramon Camps sea el nuevo alcalde de Berga, con lo que el PSC conseguiría por primera vez esta plaza al haber sido la fuerza más votada en las municipales. El próximo martes es el día marcado inicialmente para celebrar un nuevo pleno municipal en el que se apruebe la renuncia al cargo de Xoy y se elija un nuevo alcalde.

La dimisión de Xoy se ha producido por la imposibilidad de alcanzar un pacto de gobierno con el resto de las fuerzas, pero especialmente con Convergència i Unió (CiU), grupo con el que gobernó en el pasado mandato y que ha insistido hasta el último momento para encontrar una fórmula que les permitiese gobernar conjuntamente.

ERC sólo aceptaba el pacto a cambio de tener la alcaldía durante los cuatro años. CiU estaba dispuesta a ceder, pero no hasta al punto de no finalizar el mandato con la vara de alcalde en sus manos.

Tras el final de este complicado proceso, ERC ha lamentado que ni CiU ni el PSC hayan tenido "cultura de pactos" y ha pedido disculpas a los ciudadanos de Berga por haber prolongado el debate tres semanas después de las elecciones. Los convergentes ya han asumido su papel de oposición y han denunciado la "división interna" de ERC y su "supuesta inmadurez" como argumentos del fracaso del pacto. El PSC considera que la vuelta a la situación original, surgida de las urnas del 25-M, permitirá que el Ayuntamiento retorne a la normalidad política.

CiU ha intentado en Berga impedir hasta el último momento que el PSC gobierne una ciudad que ha sido bastión de los nacionalistas. Los convergentes votaron a favor de la investidura del republicano Xoy, en una operación sorprendente ya que CiU tenía seis concejales y ERC solo tres, y no había un acuerdo de legislatura firmado.

El ex alcalde y presidente del grupo de CiU, Josep Maria Badia, decidió el voto a favor de Josep Xoy sin contar con el compromiso firmado del líder republicano, aunque conocía que la militancia de ERC estaba dividida sobre si era positiva o no una reedición del pacto anterior. Su actuación le ha permitido reabrir una negociación que el 13 de junio había quedado zanjada, pero finalmente ha sumado un segundo fracaso.

Esquerra anunció ayer que no había podido formalizar ningún pacto ni con los socialistas ni con CiU, ni siquiera con ambos partidos a la vez. Los republicanos estaban dispuestos a repartirse los cuatro años de alcaldía según la representatividad de cada fuerza, pero el acuerdo fracasó. Después ERC pretendió retener la alcaldía intentando que o bien CiU o bien el PSC le dieran un apoyo para todo el mandato. Se registró un nuevo fracaso. Ayer el primer teniente de alcalde, Rafael Llamas -Xoy está disfrutando de una semana de vacaciones-, presentó la renuncia de Xoy, que éste había firmado el pasado fin de semana, cuando todo hacía prever la imposibilidad de un pacto.