Interior envía a Cataluña desde Canarias a inmigrantes irregulares
La Generalitat muestra su repulsa por la decisión del Gobierno
La historia se repite. El Gobierno central ha vuelto a enviar a Cataluña, con el transporte pagado, a decenas de inmigrantes indocumentados procedentes de los colapsados centros de internamiento de extranjeros de Canarias. Muchos de estos inmigrantes han ido a Lleida para intentar trabajar como temporeros, lo que ya ha colapsado algunos pueblos. La Generalitat mostró ayer su repulsa por la acción del Gobierno.
Los inmigrantes, que han llegado a Cataluña en avión, tren y autobús, proceden de diferentes países del África Subsahariana y la mayor parte de ellos no lleva otro documento que una orden de expulsión. Ésta, sin embargo, no puede aplicarse en muchos casos porque los inmigrantes proceden de países con los que España no tiene vigente ningún acuerdo de repatriación.
El sindicato UGT denunció ayer esta situación y lamentó que el Gobierno esté repitiendo "la misma operación que provocó la grave crisis de los inmigrantes de la plaza de Catalunya de Barcelona" en verano de 2001. Un portavoz del Ministerio del Interior confirmó ayer que se ha enviado "un número indeterminado" de inmigrantes hacia Barcelona, aunque matizó: "Los extranjeros se envían del centro de retención de Fuerteventura al de Barcelona". Esto, sin embargo, provoca graves problemas para los municipios cuando estos inmigrantes cumplen los 40 días de internamiento y, al no poder ser expulsados, son dejados en libertad. El problema se está viviendo con especial intensidad en los municipios agrícolas de Lleida como Alcarràs, donde centenares de inmigrantes en situación irregular buscan trabajar como temporeros.
Extrema pobreza
El consejero de Agricultura, Josep Grau, denunció ayer que "el Gobierno recoge los inmigrantes que llegan a Canarias y los coloca en un avión hacia la plaza Catalunya de Barcelona o la plaza Mayor de Alcarràs (Lleida), con la broma de que aquí necesitamos temporeros, y éste es un problema que se repite cada año".
Esta temporada, en Alcarràs, donde viven menos de 5.000 personas, ya han contambilizado 327 personas que buscan empleo como temporeros, y no hay trabajo para todos. En el campamento que se ha improvisado para atenderlos reina la pobreza extrema. Entre el colectivo de acampados existe tensión por la falta de alimentos y de condiciones higiénicas, pero también hay mucho miedo. La presencia de cámaras de televisión en el lugar resulta incómoda. Los subsaharianos se molestan ante determinadas preguntas y no admiten que se capten imágenes de su lamentable hábitat.
Los servicios sociales del pueblo han detectado que 43 personas que han acudido a esa dependencia en busca de alimentos y ropa han llegado directamente desde Canarias y de Tarifa [ayer, precisamente, fueron detenidas otras 74 personas indocumentadas en esta localidad gaditana, en Roquetas de Mar y en El Ejido]. Muchas de ellos admiten haber llegado con un billete pagado por la Administración, pero se niegan a dar más detalles "por temor a represalias".
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