¿Merece la pena?

Estoy escuchando al presidente Aznar en el debate del estado de la nación hablar de la eficacia de los juicios rápidos. Voy a contarles lo que he vivido en persona. Hace unos días, a una amiga de mi mujer le fue sustraído el móvil cuando entraba en el metro de Sol de Madrid. Con ayuda de un vigilante privado consiguió que fuera detenido el ladrón. Tras convencerla de que tenía que denunciar, retrasó su viaje a Zaragoza para poder ir al juicio rápido al día siguiente. Yo la acompañé, pues se encuentra embarazada y tenía miedo al delincuente, y ella estaba aquí en Madrid sola. Tras esperar más de una hora para ser atendidos, se celebró el citado juicio, al que, por supuesto, no vino el ladrón. El juez condenó al citado señor a una pena de 150 euros que, por supuesto, según me dice todo el mundo, no pagará, y que si no paga será sancionado con unos fines de semana que, según me he informado, tampoco cumplirá, por lo que ella se pregunta: ¿merece la pena perder el tiempo para denunciar?; ¿merece la pena no trasladarse a su domicilio en Zaragoza y esperar para que, como todo el mundo decía, el delincuente no apareciera?; ¿por qué la justicia no le hace cumplir las sanciones y las penas?