Sueños increíbles, tesoros, ambiciones y venganzas

El nombre de Washington Irving (Nueva York, 1783-Sunnyside, Nueva York, 1859) suele aparecer asociado a sus célebres Cuentos de la Alhambra (1832). Han pasado más de 150 años desde su publicación, pero su mundo literario, siempre con un pie en la realidad y otro en la magia, continúa atrayendo a muchos lectores. La editorial madrileña Páginas de Espuma acaba de sacar a la calle De Nueva York a Granada. Se trata de un volumen de relatos centrado en la conexión entre estas dos ciudades en la obra del autor neoyorquino.

Irving vivió en su ciudad natal hasta los 21 años. Y a Nueva York regresó desde Europa en 1846 para retirarse a su casa de Terrytown, donde residió hasta su fallecimiento 13 años después. Granada, por su parte, arraigó con fuerza en su corazón. El autor de Rip van Winkle vivió en la ciudad andaluza entre 1826 y 1829. Irving se impregnó de la magia de una ciudad que colmó sus ilusiones.

Juan Antonio Muñoz Santamaría, autor de la edición y traducción del libro, ha buscado con su selección de la obra del escritor estadounidense que el lector "disfrute de sus cuentos y leyendas, de sus historias de sueños increíbles, de soberbias curadas de espanto, tesoros, ambiciones, venganzas, envidias y escarmientos".

Cuentos como Rip van Winkle o La leyenda del Valle Dormido y leyendas como las del astrólogo árabe, del gobernador manco y el soldado o de las tres bellas princesas esbozan las líneas maestras de un libro entretenido, una de esas obras que nunca pasan de moda porque son buena literatura.

"Gracias a Irving, la Alhambra, Granada y España han pasado a formar parte de la cultura libresca norteamericana (no olvidemos que es un autor clásico sumamente leído por los estudiantes), se han convertido en lugares apreciados por la imaginación y cita ineludible de los más inquietos viajeros", explica Juan Antonio Muñoz Santamaría.

De Nueva York a Granada tiene otro atractivo: una cuidada edición con unas magníficas ilustraciones de Silvia Bautista y Eugenio Vicente.