Fox teme perder terreno en el Parlamento de México ante el avance del PRI en los sondeos

El candidato oficialista de Nuevo León, Mauricio Fernández, hombre catecismo, debió recurrir a la vena charra y testicular de sus conciudadanos para tratar de revertir las encuestas que le arrebatan el Estado. "No es posible tener de gobernador a una gallina que pone huevos. Necesitamos un gallo con huevos", declaró ante 35.000 fieles del conservador Partido Acción Nacional (PAN). Fernández retaba a debate a Natividad González, su adversaria en el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ganará las legislativas del domingo sin mayoría absoluta, según los sondeos.

Los resultados no diferirán sustancialmente de los registrados hace tres años y revelarán tendencias previas a las generales del año 2006. La pérdida del industrializado Nuevo León supondría un duro golpe para el partido del empresario Vicente Fox, que consiguió la presidencia de la República el 2 de julio del año 2000 con el generalizado apoyo de los hombres de negocios mexicanos y a caballo del hartazgo causado por el viejo régimen.

Al prometer más de lo que ha cumplido, cayó su gancho electoral. Once partidos disputan este domingo los 500 escaños de la Cámara de Diputados, los gobiernos de seis de los 32 Estados de México (Campeche, Querétaro, Sonora, San Luis Potosí, Colima y Nuevo León) y medio millar de alcaldías en otros 11 Estados.

Cerca del 50% de los mexicanos no votarán, y el previsto abstencionismo profundizará la crisis de los partidos y mermará la legitimidad del Gobierno, sostiene el analista Guillermo Valdés. El PRI tiene actualmente 207 diputados (41,4%); el gubernamental PAN, 202 (40,4%), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), izquierda, 56 (11,2%). Las encuestas anticipan que el PAN baja, y suben el PRI y el PRD, aunque sin mayorías absolutas. Los 128 escaños del Senado (60, PRI; 46, PAN; 16, PRD) siguen vigentes hasta el año 2006, término del mandato de Fox. Los sondeos anticipan un Congreso bastante parecido al actual, un Parlamento signado por las pugnas de los partidos que lo integran y que ha sido incapaz de acordar las reformas requeridas por la transición. Todos los partidos serán castigados, según anticipa el presidente del PRI, Roberto Madrazo.

Decencia y voluntad

La decencia y voluntad del presidente Vicente Fox parecen fuera de duda, según indican los estudios de opinión, y la victoria de hace tres años, que expulsó al PRI de la presidencia de México, retenida durante siete decenios, atrajo libertades sin precedentes. No obstante, el candidato ofreció una prosperidad económica y social imposibles de lograr como jefe de Estado.

El PIB apenas crecerá este año dos puntos. La propaganda oficial en curso, masiva y protestada, pretende demostrar que "se ha hecho mucho". Los apuros del PAN certifican que la opinión pública no lo ve así y manifiesta frustración. Un estrecho colaborador del presidente admite en privado que, como el PRI tiene un voto duro asegurado, "nosotros tenemos que derrotar a la abstención llamando a votar".

La campaña, como era previsible, exhibe vaciedad, letanías y ausencia de propuestas: "El PRI está de tu lado"; "La fuerza joven del México de hoy", dice el Verde Ecologista, aliado con el PRI en el 30% de los distritos.

"Quítale el freno al cambio", anima el PAN; "La fuerza de la esperanza", agrega el PRD. Nadie llegó tan lejos como el ecologista: "Llamé a las oficinas del Verde y luego conseguí chamba (trabajo)", afirma una de sus cuñas radiofónicas. Duchos en el robo de votos durante su militancia priísta, algunos tránsfugas conversos ofrecen ahora hasta 2.000 dólares a quienes graben en vídeo eventuales fraudes.

Sin apenas propuestas sobre cómo solucionarlos, los 11 partidos políticos coinciden en la enumeración de los principales problemas de este complejo país de cien millones de habitantes, el 10% indígenas de 52 etnias y míseros entre el 50,1% de pobres nacionales. La pobreza, la delincuencia, el paro, el déficit de vivienda y la obligada emigración de millones a Estados Unidos son las lacras a abatir. El PAN se atribuye los cambios democráticos logrados y la derrota de la corrupción institucional del PRI. Aboga por la apertura de los monopolios petroleros y eléctricos al capital privado.

El Partido Revolucionario Institucional gana a la contra. El cambio prometido, subrayan sus portavoces, no se ha producido. Todo quedó en una mera alternancia porque el Ejecutivo no supo conciliar políticas. El PRD plantea el fomento de la construcción de viviendas y mejoras en el sistema de pensiones. Estos dos partidos rechazan privilegiar la inversión privada en el sector energético.